Los más feos y los muy guapos, poco de fiar
Un nuevo estudio afirma que las caras que dan más confianza son las comunes y corrientes
Normalmente se tiende a pensar que tener una cara «normal y corriente» es una de las peores cosas con las que te puede condenar el destino. Sin embargo, la ciencia no opina lo mismo. Y es que, según un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Princeton , la sociedad suele fiarse más de aquellos que cuentan con un rostro común. No sucede lo mismo con los que disponen de unos rasgos faciales poco atractivos, ya que las personas confían menos de ellos.
«Tener una cara típica indica familiaridad e igualdad cultural. Esto tiene implicaciones importantes a nivel de percepción social e intercultural y se relaciona con las interacciones personales», explica Carmel Sofer, uno de los principales investigadores que han llevado a cabo el experimento –publicado en la revista « Psychological Science ».
Para llegar a esta conclusión los investigadores crearon lo que consideraron la perfecta cara «típica» en formato digital. Para ello, usaron unos 92 rostros femeninos que mezclaron entre ellos, dando lugar a un semblante común y corriente. A su vez, también dieron forma a una cara atractiva utilizando los 12 rostros más bellos de otra selección de imágenes.
Por el contrario, aquellas imágenes que contaban con unas facciones consideradas muy atractivas o muy poco agraciadas fueron valoradas como las menos fiables. No sucedió lo mismo al preguntar sobre la atracción sexual , donde los rostros más bellos volvieron a ganar la partida al resto (demostrando que no se valora positivamente contar con unos rasgos faciales típicos).
«Aunque la cara típica no se valoró al hacer referencia al atractivo, si importó en los juicios de fiabilidad. Los resultados arrojan nuevos datos sobre cómo la cara influye en la percepción social. Ponen de relieve que los juicios que hacemos sobre la fiabilidad que nos transmite una persona los realizamos evaluando las caras. Ahora estamos interesados en cómo la cara influye a la hora de juzgar a personas de diferentes países», destacó Sofer.