El padre del ADN subasta por cuatro millones su premio Nobel
Es la primera vez que un galardonado vende la famosa medalla de oro de la Academia sueca
Tenerla 52 años metida en una caja fuerte le ha sido poco rentable, así que James Watson se convirtió ayer en el primer ganador del premio Nobel en subastar la medalla de oro que recibió en 1962 por sus importantes hallazgos sobre el ADN. De paso, con la subasta realizada ayer en Christie’s , Watson intentará limpiar su reputación, empañada seriamente hace siete años por un comentario racista, pues prevé dar parte del dinero obtenido a instituciones de enseñanza.
En total, las tres piezas que Watson ponía a la venta alcanzaron en la sala de Nueva York un precio conjunto de 5,3 millones de dólares (4,2 millones de euros). De esa suma, 4,7 millones de dólares correspondieron a la medalla de oro, de 23 quilates, que alcanzó un precio que casi duplicaba el de partida. Las notas para el discurso de aceptación del premio se vendieron por 365.000 dólares, y la lección que ofreció tras recibir la medalla, por 245.000 dólares.
Watson ganó el premio Nobel, junto con Francis Crick y Maurice Wilkins, por su descubrimiento en 1951 de la estructura en forma de doble hélice del ADN, lo que reveló cómo los rasgos genéticos se transmiten hereditariamente.
Un provocador
El carácter provocador de James Watson ya se puso de manifiesto en sus memorias « The Double Helix » (1968), en las que retrató la en ocasiones insana rivalidad entre científicos en su afán por ser los primeros en alcanzar descubrimientos. Pero fueron unas declaraciones realizadas en 2007 a una publicación londinense las que causaron mayor polémica y le generaron un rechazo generalizado.
«Todas nuestras políticas sociales están basadas en el hecho de que su inteligencia», dijo entonces Watson refiriéndose a los africanos , «es la misma que la nuestra, mientras que todas las pruebas dicen que no es cierto». Añadió que «la gente que trata con empleados negros» sabe que no todo el mundo es igual.
En medio de la polémica, Watson insistió en su apreciación. Pasado el tiempo y a raíz de las exclusiones de las que era objeto, se corrigió. «Ya no puedo remediar aquello», declaró esta semana al «New York Times». «Me gustaría haber sido más cuidadoso al hablar sobre cosas de las que no soy experto», afirmó. Aunque Watson ha sido el primer ganador del premio Nobel en subastar su medalla, la lograda por su colega Francis Crick también fue vendida. Sus herederos la vendieron al jefe de una compañía china de biotecnología.