La sensualidad de Andrés Sardá

A la diseñadora Nuria Sardá , directora de la firma Andrés Sardá, hay que ponerle en valor y mucho la capacidad que tiene en transformar lo que es un simple desfile de ropa interior y de baño en una gran pasarela. Sus viajes por el tiempo y el espacio son increíbles. En esta ocasión, nos lleva a un resort de montaña a finales de los 50 y principios de los 60.

Envuelve con la historia que nos cuenta las prendas de manera magnífica, como solo ella sabe hacer. Dividida en cuatro partes: una de lencería, tan exquisita como es la firma, en raso y tull, en colores pastel y adornos en pluma, pero con un toque en rojo que denota el poder de la mujer. De las habitaciones del resort, donde los saltos de cama son fantásticos, a las propuestas de baño para ir a la piscina. Rayas marineras, en azul, blanco y rojo, en biquini y bañador. De colores pasteles, a lo más fuertes, alegres y frescos. Todo complementado con grandes y en piqué. Y unas piezas en crouché de braga alta, muy juveniles.

Llega la tarde y «las chicas se van al cine», nos decía Nuria Sardá antes del desfile, y ahí el denim y el tartán son las notas más destacadas. Al llegar la noche, llega la fiesta, que no está exenta de refinamiento y sensualidad, dibujada sobre organza y tull.