Helbig abre las puertas de América

Los diseñadores necesitan el respaldo empresarial para seguir adelante. Eso nos dicen habitualmente algunos creativos, que buscan el contrato que les lance y ellos se puedan dedicar a hacer lo que más les gusta: crear. Así se han firmado alianzas que funcionan y otras que han tenido un final «trágico», como la de la firma Ángel Schlesser . Sin embargo, Teresa Helbig , pasito a pasito, trabajando incansablemente sus prendas artesanales, está consiguiendo un lugar privilegiado en el mundo de la moda sin formar parte de ningún grupo empresarial.

Además de presentar su colección hoy, mañana mostrará en este mismo recinto ferial de Madrid, durante la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, los nuevos uniformes de Iberia. Ella ha sido la elegida, la primera mujer, que sustituirá a los diseñados por Adolfo Domínguez y que han sido oficiales durante trece años.

Pero no solo tiene que celebrar eso, «también tengo que celebrar que acabo de abrir nuevo punto de venta en Los Ángeles. Estoy encantada. Además cada vez m e buscan más las estilistas de las estrellas para llevar mis prendas», nos comentaba antes de empezar el desfile. Lo celebramos y no sólo por ella, sino porque así se darán cuenta que en España se hace moda, mucha moda .

La colección que nos acaba de presentar en esta 71 edición de la pasarela madrileña tiene el trabajo artesanal, los patronajes y la riqueza que la diseñadora catalana siempre pone en sus prendas. «Este abrigo que estás mirando he tardado más de dos meses en terminarlo», nos dice. «He fusionado dos culturas, en un momento trágico de la historia como es 1840, británicos y chinos; la campiña inglesa y los humedales chinos; tartán y seda». Dos mundos totalmente opuestos que se vieron enfrentados por una sustancia adictiva como es el opio. Así se llama su colección, «Opium» . La excentricidad inglesa se mezcla con la delicadeza y el respeto a la tradición china, a la artesanía.

El rojo amapola es el eje conductor de su colección, pero también está muy presente el negro, el dorado imperial, el verde militar y el rosa empolvado y un blanco roto para su apuesta final: una novia, pero con un atrevimiento, una traje de novia en lana. Junto a la lana han estado presentes el terciopelo, el cuero, la seda, la lana y la gasa. Una mujer Helbig de los pies a la cabeza .