elecciones municipales 2015

Una carrera de infarto hacia las urnas

A menos de un mes para las municipales, los partidos ultiman su campaña para conseguir un voto fragmentado y difícil

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Flashes, ruedas de prensa, presentaciones y visitas. Sonrisas, compromisos, negociaciones y promesas. En la mente de todos, una cifra: 25. O mejor, la mitad más uno de ese número. El número de la mala pata, el 13, es el número adorado por nueve candidatos. Ese es el número de líderes políticos que pelearán en menos de un mes por conseguir el sillón de la Alcaldía o, al menos, el mayor número posible de concejales en el Pleno.

Pero la tarea no es fácil de conseguir. Estas elecciones municipales del próximo 24 de mayo se presentan especialmente reñidas y fragmentadas. El elector tendrá que dar su voto ante un elevado número de formaciones políticas que no se recuerda en otras municipales.

De hecho, Chiclana es una de las localidades de la provincia que más candidatos tiene. Todo ello, cuando no hay nada claro en torno a quién conseguirá sentarse en el sillón de alcalde.

De entrada, la publicación en el BOP esta pasada semana de las listas de todos los partidos que se presentan ha permitido poner el tablero sobre la mesa. Ernesto Marín (PP), José María Román (PSOE), Ana Rodríguez (IU), Marisol Ayala (PVRE), Adrián Sánchez (Ganemos), José Pedro Butrón (Sumemos), José Luis Velázquez (DIPA), Daniel Martín (Por Chiclana Sí Se Puede) y Roque López (PA) son los nombres que encabezan la lista.

De entrada, Chiclana contará con dos destacadas ausencias en sus municipales: UPyD y Ciudadanos. Precisamente, esta segunda fuerza es la que presumiblemente podría amenazar con robar más votos al PP. Sin embargo, problemas internos para elaborar sus listas, han llevado al nuevo partido de Albert Rivera a decidir no concurrir a los comicios.

Y en este galimatías de siglas y partidos emergentes serán los dos grandes partidos los que se jugarán el sillón. PP y PSOE son los que parten con mayor ventaja, aunque no las tendrán todas consigo. Su mayor dificultad será conseguir una mayoría holgada que les permita gobernar sin tener que recurrir a pactos de gobierno.

Es precisamente esa mayoría la que más complicada se presenta. Así las cosas, es muy probable que la fuerza que gane tenga que sentarse con otras formaciones políticas para conseguir la mayoría necesaria que le aporte estabilidad en su gobierno. Y en este contexto, no sería de extrañar pactos extraños en los que Chiclana ya tiene experiencia.

Los posibles

El actual alcalde, Ernesto Marín, dice sentirse «tranquilo» y «confiado» de ganar. De entrada, su mayor baza son los logros conseguidos en estos cuatro años de mandato. Es el caso de nuevos proyectos como el Centro de Servicios Sociales o el Museo del Vino. También destaca la gestión económica en la que ha conseguido reducir el déficit municipal.

En su peor cara, su inicio de campaña no está siendo nada fácil, el caso acuíferos y su imputación en el caso Muriano son manchas que, prosperen o no judicialmente, están haciendo pasar más de un apuro al PP. Además, la oposición le critica su «inmovilismo» en estos cuatro años y sus «escasos proyectos propios».

De hecho, tanto el centro de servicios sociales como la Fábrica de la Luz, son proyectos de herencia socialista. Tampoco le han beneficiado los tiempos del PGOU que finalmente parece que se quedará sin aprobar en esta legislatura. Así las cosas, distintas encuestas apuntan a un retroceso del PP en la ciudad que, de hecho, ya quedó patente en las autonómicas y que incluso llevo a Marín a reconocer la derrota.

La otra opción de la papeleta es José María Román y el PSOE. Después de la dura travesía en el desierto en estos años de oposición, el candidato a recuperar la Alcaldía dice sentirse «tranquilo» y «cómodo». De hecho, las encuestas internas de su propio partido le apuntan como la fuerza más votada. Más dudoso será si con mayoría holgada o no.

De momento, Román lleva contactadas a unas 2.000 personas en multitud de reuniones con asociaciones, empresarios y vecinos. Todo al margen de los focos. Su mayor sombra puede ser la de la herencia recibida. Es decir, la asociación al PSOE de los años de caos urbanístico en la ciudad.

Sin embargo, este talón de Aquiles los socialistas lo intentan virar a su fortaleza, uniendo ese recuerdo del pasado al de la mayor prosperidad económica de Chiclana. También, la catarsis de la pérdida de la Alcaldía ha llevado a Román a encabezar una lista de unión y consenso, donde están representadas todas las corrientes internas del partido. Paz interna que el PSOE tendrá que conseguir cristalizar a unos electores muy indecisos.

Los nuevos

Porque la irrupción de nuevas fuerzas puede llevar a más de un sobresalto a otros partidos con representación en el Pleno. Es especial el caso de formaciones minoritarias como PVRE e IU. De hecho, a duras penas el partido de los vecinos podría conseguir mantenerse con un concejal en el Pleno.

Algún retroceso podría sufrir también IU, a sabiendas de que todas las nuevas fuerzas son de ideologías de izquierdas. De hecho, en esta marejada revuelta es donde Por Chiclana Sí Se Puede (marca avalada por Podemos) intentará pescar votos. Su más que posible entrada en el Salón de Plenos es contemplada por todos.

De hecho, aunque nadie habla de pactos, la opción está sobre la mesa. Sorpresas pueden dar también Ganemos o Sumemos, escisiones de IU y Podemos, que podrían arañar algún concejal. Más complicado lo tiene la opción anecdótica de estas municipales: José Luis Velázquez y su DIPA con su esperpéntico lema: ‘Chiclana va bien, y un carajo’. Aunque, quién sabe, en política todo es posible.

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