Los dos agentes en la Guardia Civil de Chiclana
Los dos agentes en la Guardia Civil de Chiclana
SUCESOS

«Actuamos por instinto si no, hubiera ocurrido una tragedia»

Los guardias civiles de Chiclana Agustín Domínguez y Santos Perera relatan cómo salvaron in extremis la vida a cinco personas en la madrugada del domingo

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La vida y la muerte echan un pulso en el interior de una vivienda. Es cuestión de segundos que tres menores y dos ancianos fallezcan, víctimas de lo que se conoce como muerte dulce. El gas se ha apoderado de la casa y tan solo una de las menores, de 16 años, ha tenido la suficiente conciencia para avisar de que algo no va bien. Agustín Domínguez y Santos Perera acuden a la alerta de la joven. Llaman a la puerta de la vivienda ubicada en el número 12 de la calle Laja.

Nadie contesta pero por la rendija de la mirilla ven que algo no va bien. Sin tener muy claro a lo que se enfrentarán, rompen la puerta y entran.

Acaban de salvar la vida de cinco personas, familiares todos, de una muerte segura. Por cuestión de minutos, el fino velo entre la vida y la muerte no se ha rasgado en dos. Domínguez y Perera, guardias civiles de Chiclana, fueron los héroes que lo hicieron posible. 

Ambos agentes de la autoridad relatan la extrema experiencia a la que se enfrentaron en la madrugada del pasado domingo cuando salvaron la vida de tres menores y dos ancianos de una muerte segura por intoxicación de gas. «Cuando llamamos a la puerta, nadie abría, pero de pronto vimos como la joven que nos había llamado intentaba llegar hasta la puerta y se caía antes de llegar», explica Agustín Domínguez. Es ahí cuando no lo dudan y derriban la puerta. «De inmediato abrimos las ventanas mientras atendíamos a los afectados», explica Perera.

La situación que se encontraron fue de extrema gravedad. Además de la joven, dos ancianos (sus abuelos de 70 y 78 años) están inconscientes en el suelo. «Empezamos a atenderlos y desde el salón vimos que en la casa había más gente», adelanta Perera. Concretamente, eran dos hermanos menores de la joven, de 12 y 7 años, que estaban inconscientes en la cama de sus abuelos. «El más pequeño al principio no reaccionaba. Luego el médico nos aclaró que fue cuestión de dos a cinco minutos que hubiera ocurrido una fatalidad», reconoce Domínguez.

Sin embargo, fue su rápida actuación y efectividad la que permitió que la familia hoy se encuentre sana y a salvo. A ellos les queda «una gran satisfacción», tan solo «de ver cómo se iban recuperando». «El señor mayor fue el primero que volvió en sí y comenzó a darnos las gracias», resalta Domínguez. Para ese entonces, sanitarios bomberos y policías locales ya estaban en la zona atendiendo a los afectados por una mala combustión de un termo de gas. 

Sin embargo, fue la actuación de los dos guardias civiles, con la ventilación de las estancias y la atención a los intoxicados lo que hizo posible «que no hubiera ocurrido una tragedia», como reconoce Agustín. De momento, no han vuelto a tener contacto con la familia, aunque desde la Guardia Civil de Chiclana han intentado ponerse en contacto con ellos para ver cómo se encuentran. Igualmente, a los dos agentes ya les han llegado multitud de felicitaciones de agentes y superiores.

Toda una actuación que dependió de ese instante decisivo al que se enfrentaron los agentes en la puerta de la vivienda y que, ya con tranquilidad, valoran. «En esos momentos no da ni tiempo a pensar, se actúa por instinto», reconoce Santos Perera mientras que matiza que en su larga experiencia de guardia civil ya se ha enfrentado a varios momentos de riesgo personal.

Por su parte, Domínguez matiza que «si lo piensas es cuando no lo haces, en esos momentos actúas y ya está. Se hace por garantizar la seguridad del ciudadano». Un valor y heroísmo que, en esta ocasión ha tenido un claro resultado. Tres nietos y dos abuelos que hoy podrán disfrutar de la Nochebuena con el resto de sus familiares. Todo un orgullo.

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