La primera sala de la muestra, con el cuadro de la vista de Chiclana
La primera sala de la muestra, con el cuadro de la vista de Chiclana
Patrimonio

El joyero de la Iglesia Mayor

Comienza la exposición por el Bicentenario de San Juan Bautista, que podrá visitarse hasta enero

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Es como un ir y venir entre el pasado y el presente. Un diálogo en el que conversa el Conde de Maule con Antonio Pisano, Torcuato Benjumeda o el 'obispo pecador' Chaves de la Rosa. Todos juntos en tres salas del Museo que, por unos meses, condensarán dos siglos de existencia de la iglesia más icónica de la localidad. Es la exposición 'Vox Clamatis'. Arte e historia en la Iglesia Mayor de San Juan Bautista (1814-2014)' que ayer comenzó en el Museo. Un acto inaugural en el que estuvo presente el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, junto al delegado municipal de Cultura, José Manuel Lechuga, el comisario del bicentenario, Jesús Romero Montalbán, el delegado Diocesano, David Gutiérrez, la vicepresidenta de la Diputación de Cádiz, Mercedes Colombo, y el párroco de la Iglesia Mayor, Francisco Aragón.

Todo para reconstruir 200 años de andadura de la iglesia de San Juan Bautista. Un legado que, como valoró Marín, era «historia de la ciudad desconocida hasta ahora». Por ello, llamó a disfrutar «de piezas que probablemente no volveremos a ver en mucho tiempo». Lo cierto es que a lo largo dos salas expositivas y el propio hall del Museo se puede disfrutar de más de 70 objetos de colecciones particulares e institucionales, piezas de imaginería o fotografías trascendentales en la trayectoria de la Iglesia de San Juan Bautista, de importante valor cultural, histórico y patrimonial.

70 objetos de colecciones particulares e institucionales,

Así, en la muestra destacan piezas por su valor inédito en cuanto a su divulgación. Así, se incluyen además tres planos originales cedidos por la familia Solís, en los que se aprecia la planta general del templo, el trazado transversal y el longitudinal. Entre las obras más significativas que conforman la exposición se incluyen la obra de Franz Xavier Riedmayer, 'El conde de Maule y Antonio Pizano ante el paisaje de Chiclana de la Frontera', que data del 1806; el retrato del Obispo Chaves de la Rosa 'Obispo pecador', y el atribuido a Luca Giordano y denominado 'Predicación de San Juan Bautista', procedente del Museo de Cádiz.

Uno de los aspectos más destacados es la interpretación del templo «como la obra cumbre del neoclasicismo gaditano y unos de los ejemplos más hermosos de la arquitectura religiosa andaluza». Para ello la exposición hace un recorrido por la historia de su construcción, comenzada por Torcuato Cayón de la Vega, arquitecto que proyectó también la Ermita de Santa Ana, y posteriormente desarrollado por Benjumeda, quién le dedicó 42 años de su vida y a quién le debe su actual configuración.

Igualmente, permite reconstruir lo ocurrido en Chiclana en 1810, cuando los ejércitos napoleónicos ocuparon el templo como cuartel de artillería y caballerizas. A pesar de los daños sufridos, la nueva iglesia se abriría al culto religioso el 24 de junio de 1814, gracias al impulso de algunos comerciantes afincados en Cádiz, al chiclanero Antonio Pizano Fernández y al Conde de Maule, Nicolás de la Cruz Bahamonde. Retazos hoy reconstruidos en una exposición que demuestra que dos siglos dan para mucho.

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