Navidad diferente en Barcelona: tomar un vermut lejos de la vorágine comercial
A escasas manzanas del céntrico Paseo de Gracia y la avenida Diagonal, los dos polos de atracción comercial por excelencia, la capital catalana ofrece un itinerario diferente para vivir la Navidad desde otra perspectiva
Actualizado: GuardarA escasas manzanas del céntrico Paseo de Gracia y la avenida Diagonal, los dos polos de atracción comercial por excelencia, la capital catalana ofrece un itinerario diferente para vivir la Navidad desde otra perspectiva
123456Enrique Granados, un paseo matutino con «shopping» incluido
Nada mejor para arrancar el día que un reconfortante desayuno en un local situado en una de las calles de moda de la ciudad, alejada de las corrientes humanas de plaza Cataluña. Se trata del Brunch&Cake (Enrique Granados, 19), lugar de referencia para los amantes de los bagels, la comida orgánica y donde se sirven los mejores cup-cakes de la ciudad a precios más asequibles que en el centro de la urbe. En el 147 de esta misma calle, casi tocando con la avenida Diagonal, encontramos El Bardot, un local en forma de «U» con la cocina abierta al público y una agradable terraza. Perfecto para tomar una copa, un «brunch» o cenar. No hay sorpresas en el precio. Los amantes de la comida vegetariana tienen una parada obligada en el número 41. El restaurante Hábaluc ofrece comida orgánica de calidad con platos equilibrados y saludables, intensos de sabor y aptos para todos los bolsillos.
La moda del Eixample
En el número 46 de Enrique Granados, los hermanos Ailanto, Aitor e Iñaki, que desfilan desde hace años en la pasarela de Madrid, brindan a los amantes de la moda la oportunidad de abrir boca y acceder a sus últimas creaciones en su reducido, aunque sofisticado local, empañado en dorados. También recomendable es el espacio de The Advant, en el 106 de la calle. La propuesta creativa de la diseñadora Silvia García Presas, ganadora de los Premios Botón de Mango, atrae al público más cool y cosmopolita con unas prendas especiales, alejadas del diseño en serie. Al final de la tienda hay un rincón para la artesanía de calidad en el que pueden encontrarse desde alfombras bereberes a cerámica de Chiapas. A solo unas manzanas de esta céntrica vía, en el número 184 de la calle Mallorca, otra de las arterias principales del Ensanche, contramos el exquisito showroom de Teresa Helbig, la mejor embajadora del «pret a couture» de nuestro país, que desfila desde hace años en Madrid. Prendas de alta costura con el añadido de una confección exquisita y artesanal que no dejan a nadie indiferente.
Paralelo, territorio Adrià
Chefs de prestigio como los hermanos Ferran y Albert Adrià han elegido el Paralelo, una de las arterias principales de la ciudad de Barcelona que conecta con el barrio de Sant Antoni, para desembarcar. A unas esquinas del mercado de Sant Antoni, entre las calles Tamarit y Rocafort, topamos con un local de moda: el Lolita Tapería (antes Inòpia, una criatura del actual propietario, Joan Martínez, asociado con Albert Adrià, hermano de Ferran Adrià). Excelente cocina de mercado que combina tapas clásicas con otras altamente creativas. Muy cerca encontramos Tickets, el local de los hermanos Adrià y los hermanos Iglesias del restaurante Rías de Galicia. Seis barras y seis especialidades gastronómicas excepcionales: la Presumida (productos del mar), La Estrella (cerveza), El Camarote de los Marx (homenaje a la Barcelona más canallesca), Nostromo (espacio futurista), El Garaje (brasa) y La Dolça (tapas dulces). Se recomienda reservar con meses de antelación.
Sant Antoni, donde hay que estar
En el Ensanche izquierdo, a seis calles de distancia del centrico Paseo de Gràcia, se encuentra el barrio de Sant Antoni, una de las zonas de la capital catalana que se expande a más velocidad. En apenas unos años, este barrio popular y comercial por excelencia, que gira en torno al gran Mercado de Sant Antoni, el mayor de Barcelona, ha sido colonizado por pequeños ateliers de diseñadores y bares y cafeterias de aire nórdico que conviven en perfecta armonía con los tradicionales de la zona. Para empezar la mañana, nada mejor que tomarse un zumo vitamínico acompañado de una buena tarta casera en el Café Cometa (Parlament, 20), un local acogedor de aires modernos y gran personalidad, con una terraza siempre a rebosar. IUna parada imprescindible para los amantes del «brunch» es la del Café La Federal, regentado por unos australianos y que ocupa una pequeña casita esquinera entre las calles Borrell y Parlament. Bruschettas, zumos naturales, pasteles caseros y tostadas con mermeladas de confección propia, son un buen reclamo para los fans de la comida orgánica, dispuestos a pagar un poco más por un desayuno poco convencional. No hay que perderse tampoco la terraza del Calders.
Ruta «vintage»
Los incondicionales del vintage tienen dos citas obligadas en el barrio de Sant Antoni: la de las tiendas de muebles Valnot y El Recibidor, en los números 30 y 9 de la calle Viladomat. La primera no es solo una tienda sino un taller de restauración donde pueden encontrarse muebles y objetos de gran personalidad. El Recibidor rinde homenaje a los años cincuenta, sesenta y setenta, con una selecta oferta de mobiliario perfectamente recuperado. Algunos sábados ofrecen pequeños vermuts con exposiciones de artistas gráficos contemporáneos.
Tomar un vermut junto a un pequeño y exclusivo rastrillo
Desde hace unas semanas, el «Wood Market» (conectado al Hotel Market del barrio de Sant Antoni), situado en el pasaje que conecta las calles Urgell y Borrell entre Tamarit y Sepúlveda, brinda al público más «hipster» la posibilidad de pasar un domingo diferente: tomar un vermouth en el Rosso bar y adquirir piezas vintage en el mercadillo ubicado justo al local colindante.