Diez templos de la desconexión en Cataluña
La mejor fórmula para tener una vida mejor: desconectar y relajarse
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12345678910Les Cols
Esto no es un SPA, dirán los puristas, pero el nivel de desconexión que se alcanza en sus habitaciones ya lo quisieran los bávaros para un día de fiesta. Conexión con la naturaleza sin tener que cargar con la casa de campaña. Si a eso le sumamos la cocina de Fina Puigdevall, la experiencia se vuelve casi celestial.
Avinguda de Les Cols 2, Olot
Bindu yoga
La fama que ha adquirido este centro entre propios y extraños merece un estudio de Harvard. Su filosofía es simple, no hace falta membresía ni pagar matrícula para acudir a sus clases de yoga. Turistas (alemanes, claro), estudiantes, profesionales con una agenda apretada, llenan sus salas cada día. Agendar el relax va totalmente en contra de relajarse, solo hace falta llegar un poco antes para asegurarse un sitio. Las clases sueltas cuestan de 5 a 7 euros. ¿Que hoy me apetece un poco de yoga? Pues a por ello.
Plaça de Sant Josep Oriol 4, Barcelona
Mandarin Oriental
La zona del Spa del hotel es espectacular, cualquiera diría que se encuentra a la mitad del bullicioso Paseo de Gràcia. Está claro, los orientales le llevan la carrera del «relax» muy adelantada a los europeos. Servicio de quitarse el sombrero. Y sí, después de un masaje y unas aguas, nada mejor que un arroz de plancton de Ángel León en el recién inaugurado Bistreau. La apuesta gastronómica del hotel se amplía (al Moments de la Ruscalleda se suma el «chef del mar»). Quién diría que Cádiz y el lejano oriente se llevarían tan bien.
Passeig de Gràcia 38-40, Barcelona
Centro de Meditación Vipassana
«Vipassana» es la meditación budista que busca alcanzar «una visión totalmente clara». Para poder acceder a los retiros de un día o tres en Dhamma Neru, a las afueras de Barcelona, primero hace falta acudir a uno de 10 días en los que el móvil y la palabra están fuera de lugar. Si después de 10 días de no hablar con nadie no nos aclaramos es que ni las mejores aguas termales pueden hacer algo por nosotros. ¿Cuánto cuesta? Al gusto del consumidor, sí, y aunque parezca increíble, todo el mundo paga. Sus cursos se llenan, lo mejor es reservar con antelación.
Els Bruguers, Santa María de Palautordera
Mayan Luxury Spa
La cultura maya, como la alemana, en la cúspide de su influencia en Mesoamérica, siempre puso importante atención en el cuidado del cuerpo y del alma. El spa está ubicado dentro de las instalaciones del Hotel Palace. Sus tratamientos están inspirados en los rituales mayas y cuentan con uno de los únicos temazcales (sauna prehispánica) de España. El espacio ha recibido varios premios internacionales. Recomendable el tratamiento con caracolas caribeñas.
Gran Via de les Cortes Catalanes 668, Barcelona
Explore Spa, by Le Meridien Ra
El secreto mejor guardado de la costa del Vendrell. Un excelente regalo de aniversario para celebrar a la pareja o para agasajar a los compañeros de la empresa. El Explore Spa es uno de los más grandes de Europa (toma eso Alemania). Su único «pero», solamente abre durante la temporada de verano. Es decir, para disfrutar de las instalaciones de su centro de belleza auspiciado por La Prairie hay que esperar a Semana Santa. De lo bueno, poco.
Avinguda Sanatori 1, El Vendrell
Abac
Uno de los inconvenientes que muchos le ponen a un Spa es tener que compartir el momento de desconexión con alguna parejita acaramelada que distraiga. Aquí eso no pasa, el espacio se reserva en exclusiva. Si eso fuera poco, los tratamientos del hotel y los productos de Heaven hacen el resto. Y claro, no hay frankfurt que se compare con la cocina de Jordi Cruz.
Avinguda del Tibidabo 1, Barcelona
Ibai
Como el Explore Spa, el Ibai abre por temporada. Un Bed & Breakfast como pocos en Cataluña. La falacia esa de que «nos gusta que la gente se sienta como en casa» es monumental. ¿Quién pagaría por ir a un sitio a sentirse como en casa? Si lo que uno quiere es precisamente eso, no sentirse en casa. El problema es el regreso, probar la propia cama y darse cuenta que los problemas de la vida no radican en el jefe iracundo sino en el colchón de muelles que nos espera en la habitación de nuestro propio hogar.
Carretera de Canyelles 1, Sant Pere de Ribes
Aire de Barcelona
El balneario de la ciudad por excelencia. Emula los baños árabes que había antaño en el Born. Alonso Balaguer y su equipo hicieron una reforma que ya en sí misma relaja músculos y permite hasta al más estresado dejarse mimar. Aguas, masajes, tratamientos, lo de cajón, pues. Eso sí, a diferencia de Alemania, en donde todo el mundo se puede permitir dos horas en un SPA (cuestan menos de 10 euros), aquí hay que vaciar un poco más la cartera.
Paseo Picaso 22, Barcelona
Hotel Guitart Monterrey
En Lloret hay mucho más que parranda y guiris. Para los que aún lo dudan, una visita a este hotel los hará olvidar «balconings», «mobings» y todos los «ings» que hagan falta para llegar al punto «zen». Pagando tan solo 15 euros se puede acceder a su zona de aguas, que no le pide nada a sus símiles en el país de la Merkel. Si además la estancia se alarga por una noche (o dos), el hotel tiene una piscina al aire libre que no dejará indiferente a ninguno.
Constantí Villalaigua 7, Lloret de Mar