El salto adelante de Mas y Junqueras pone a prueba la resistencia de CiU

Otro gran «acuerdo de país», y Josep Duran fuera de Palau. El pacto alcanzado ayer entre el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder republicano Oriol Junqueras tuvo la bendición de Josep Duran (Unió Democràtica), aunque ésta solo fue telefónica. Lo más complicado empieza ahora. En este sentido, la redacción –y supuesto acuerdo en las próximas semanas– para aprobar de la «hoja de ruta» que los partidos soberanistas deberían incluir como punto común en las próximas elecciones será la verdadera prueba de resistencia para la federación Convergència i Unió (CiU).

A un lado, una ConvergènciaDemocràtica (CDC) absolutamente volcada con el acuerdo con ERC; en el otro, una UDC visiblemente molesta con el rumbo que están tomando los acontecimientos, pero sin dar el paso para descolgarse del mismo. «Espero que Unió se sume a ese acuerdo», explicó anoche el presidente Artur Mas, asumiendo que pese a la aquiescencia del partido socialcristiano con respecto a lo acordado ayer, los aspectos más espinosos aún no se han resuelto.

La vicepresidenta Joana Ortega (UDC) estuvo anoche en el Palau de la Generalitat para visibilizar esa conformidad –los gestos de complicidad con Mas fueron notorios–, mientras que el «president» llamó personalmente al consejero de Interior y número dos del partido Ramon Espadaler. Duran, día a día más distanciado, también fue informado, aunque solo por teléfono.

Si el pacto Mas-Junqueras de anoche fue un ejercicio de cesión por ambas partes, en el caso de UDC puede hablarse más bien de claudicación total. Partidarios de agotar la legislatura ven como Cataluña se prepara hacia unas nuevas elecciones; favorables a un acercamiento al PSC en favor de la gobernabilidad ven como el acuerdo con ERC no solo no se rompe sino que se refuerza, avanzando prácticamente hacia una especie de gobierno de coalición de facto.

Arrastrados por una CDC ya abiertamente independentista, los próximos meses serán decisivos para el futuro de la federación. En favor del mantenimiento del acuerdo, el hecho que de que aspectos como el de la declaración unilateral de independencia –nuclear para ERC– no parecen estar ahora sobre la mesa. En contra, la certeza de que el partido de Oriol Junqueras forzará un pacto soberanista necesariamente rupturista.

El desconcierto se extiende en una UDC cuyos líderes en privado se muestran alarmados pero que, por el momento, no se sale del carril soberanista. No obstante, la apertura de un escenario electoral en el que ya no habrá lista única, y la cada vez más notoria radicalización de CDC, podrían favorecer en cambio que Duran, como ha amenazado en ocasiones, se decida a presentarse en solitario.