Bronca y tensión en la política catalana

La consulta de Mas ha incrementado la confrontación entre los grupos políticos, aunque se recuerdan también episodios de tensión ajenos a este proceso

Bronca y tensión en la política catalana Inés Baucells

v.r.a

Dijo una vez Alfonso Guerra que los políticos catalanes estaban «en la estratosfera», y lo dijo cuando era presidente de la Generalitat el socialista José Montilla a cuenta de la decisión del ex presidente de enviar una misiva a 200 entidades catalanas para reclamar una respuesta unitaria si el Tribunal Constitucional recortaba el Estatut . En la estratosfera o no, parece que la crispación y la salida de tono se han instalado en la política ctalana.

La comparecencia de Jordi Pujol esta semana en el Parlamento catalán no terminó de aclarar las cuestiones de fondo que subyacen tras la confesión del ex presidente de que mantuvo dinero en paraisos fiscales sin regularizar durante más de tres décadas. Uno de los titulares de la comparecencia fue el tono bronco, brusco incluso, de un Pujol que utilizó su turno de réplica a los grupos políticos más para enjuiciarlos que para contestar a sus preguntas.

Considerablemente ofuscado, Pujol elevó el tono y acusó a los diputados de abrir«una causa general contra su persona» . Y no se molestó en ocultar su malestar.«Estoy excitado porque me da pena algunas cosas que se han hecho y por falta de audacia de alguna de las cosas que se han dicho». A los diputados que más lo criticaron los acusó de tener«un punto de frivolidad y liarlo todo».

Pero no fue solo el ex presidente quién enmendó la plana a los diputados. El portavoz de CIU en la comisión, Josep Turull, también entró en un choque dialéctico alterado con Alicia Sánchez Camacho y Albert Rivera, los más críticos con el ex presidente. La disputa llegó a tal punto que el portavoz de Ciudadanos le espetó un contundente«cree el ladrón que todos son de su condición».

Pero el Parlamento catalán sabe mucho de sesiones broncas. Una de las más recordadas, no por la brusquedad pero sí por la tensión y la trascendencia política, fue la del 24 de febrero del año 2005, en la que Maragall habló en sesión parlamentaria del famoso 3%. La alusión de Maragall al supuesto cobro de comisiones en la adjudicación de obras enfadó mucho al por entonces líder de la oposición, Artur Mas, que le espetó un contundente «Usted ha perdido completamente los papeles». Aquella sesión de recuerda por lo bronco, por la dureza de la acusación y porque en su réplica Mas dio a entender que había cosas que no debían ser aireadas por el bien del«país».

Artur Mas instó en aquel momento a Maragall a«no olvidar» que en los próximos meses PSC y CIU tenían tareas conjuntas«muy importantes al servicio del país.Mas ha recordado a Maragall que «no olvide» que, en los próximos meses, entre PSC y CiU«hemos de hacer cosas muy importantes al servicio de este país (...) y para ello es muy necesario que entre ustedes y nosotros siga existiendo un cierto círculo de confianza política, que no es de amistad, de intentar hacer cosas juntos al servicio de nuestro país. Le pediría que no se rompa».

Bronca fue también la reciente entrevista entre Artur Mas y la periodista Ana Pastor. Aparentemente elegante en las formas pero con un fondo muy duro y con permanente tensión en el ambiente. La tensión fue en aumento cuando Pastor se dirigió al presidente de la Generalitat afirmando, más que preguntando, que Mas estaba«calentando a la gente».«Cómo puede decir usted esto… No está preguntado, está afirmando… Ya se lo he dicho varias veces… déjeme explicárselo…», replicó el presidente.«Si no le gusta el verbo (calentar) se lo cambio… No se me escape, usted insiste y yo insisto… Déjeme que acabe y no me riña, solo soy una periodista… No me está contestando a lo que le pregunto… Haga algo de autocrítica…»

Abandonar un pleno parlamentario no es noticia, pero que suceda pocos días después de la«bronca» de Pujol, es un síntoma de constatación de que la política catalana ha elevado el tono en los últimos meses a cuenta de la consulta. El Parlamento catalán designó este miércoles a los miembros de la Comisión de Control para la consulta , siguiendo así dando más pasos hasta el 9-N pese a la suspensión cautelar del Tribunal Constitucional. Los diputados de Ciudadanos, con Albert Rivera a la cabeza, abandonaron el pleno para hacer más evidente su rechazo al proceso.

Pero probablemente el máximo grado de tensión tuvo lugar en noviembre del pasado año, en la comparecencia de Rodrigo Rato en la comisión de investigación del Parlamento para enjuiciar las actividad al frente de Bankia. Fue entonces cuando el diputado de las CUP, David Fernández, empuñó una zapatilla y miró fijamente a Rato para espetarle:«¿Usted tiene miedo?» , a lo que un Rato ciértamente incrédulo contestó:«¿A quién, a usted?».«No, a perderlo todo, como millones de familias, y a que un día la gente se harte», contestó Fernández, que se despidió de Rato emplazándole a un próximo encuentro:«te espero en el infierno. Hasta luego gangster. Fuera la mafia». En la estratosfera o no, lo que parece claro es que la política catalana parece haberse instalado en la bronca y la tensión.

Bronca y tensión en la política catalana

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