El Delta del Ebro: arroz, mariscos y buen atún

La riqueza de este territorio y su cercanía con Barcelona son óptimos para hacer visitas de un día o para quedarse a explorar

El Delta del Ebro: arroz, mariscos y buen atún abc

ana luisa islas

Hace poco una amiga me contó que a su hijo en la escuela le pidieron dibujar un pollo. Todos los chicos de su calse, incluido él, dibujaron un «pollo a l’ast». ¿De dónde viene lo que comemos? Atrás quedaron esos años en los que los niños participaban de las matanzas y la pesca, y por lo tanto comprendían de la cadena alimenticia de la que somos parte. Proponemos este verano una serie de experiencias gastronómicas en Cataluña para acercar a la familia a los orígenes de lo que servimos en nuestros platos.

Comenzamos con el Delta de l’Ebre, por ser una zona en la que casi todas sus energías están concentradas en la pesca y la agricultura. Quizás es por ello que su gente transmite buen rollo. La riqueza de este territorio y su cercanía con Barcelona son óptimos para hacer visitas de un día o para quedarse a explorar; hay mucho que ver.

De mejillones y de ostras

El verano calienta y aquí hay muchas playas. Sugerimos comenzar por dos enclaves pesqueros por excelencia. L’ Ametlla de Mar es un pequeño pueblo de la provincia de Tarragona desde donde se exporta atún a todo el mundo. Balfegó, una de las empresas de la zona, comenzó organizando paseos para que sus clientes conocieran de primera mano sus piscinas y canales, a la mitad del Mediterráneo, en donde los atunes crecen, se aparean, se alimentan y conviven hasta el día de su pesca.

Fue tal el interés que ahora realizan paseos para dar a conocer cómo se pesca el atún y nadar con estos animales que pueden pesar hasta 500 kilos. Sí, el atún no nace en una lata.

De la misma forma Marisc Catalá, una empresa que exporta marisco del Delta del Ebre, comenzó haciendo visitas a las «muscleras» de la Bahía de Fangar, zarpando desde la ciudad de l’Ampolla. Mirador de la Badia es la empresa que se encarga de los viajes turísticos. Dar un paseo entre las columnas de mejillones y ostras es una experiencia sin igual. Probar un mejillón vivo, recién sacado del agua, es un antes y un después. Sabor a mar, frescura, es inolvidable. A eso debe saber el marisco y no hay mejor forma de explicárselo a un niño que probándolo.

Arroz del Delta

La zona, además de por su marisco, es conocida por su arroz. Tiene D.O. y se distingue por su calidad. Las aguas del delta del río Ebro le imprimen un sabor difícil de igualar. Para conocer la historia del arroz de la zona, de su cosecha y molino, lo mejor es visitar el Molí de Rafelet, en Deltebre.

El local sigue funcionando como molino. Fundado en 1935, se ha convertido en un museo en donde se hacen visitas guiadas en las que se explica el proceso artesanal de molido y las variedades de la zona. Siendo el arroz un plato que no falta en nuestra mesa, conocer su origen, será una experiencia interesante no solo para los niños.

Visitar algún viñedo de la Terra Alta o dar un paseo por el río pueden cerrar con broche de oro un viaje en el que no se debe dejar de probar en la mesa todo lo aprendido en el «terreno».

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