Hamburguesas con pedigrí
El Filete Ruso celebra su quinto aniversario y se lanza a la carretera con Fileteando, una furgoneta equipada para que trabajen en ella cinco personas
En la esquina de la calle Enrique Granados con Rosellón se cocinan unas hamburguesas con pedigrí. Desde 2011 El Filete Ruso se enorgullece de estar dentro del movimiento Slow Food y de tener la categoría de restaurante Km0. Claudio Hoyos y su socio Adrián Milá miman al detalle la carta basada en productos ecológicos de proximidad. «Los pollos se los compramos a un chico que vive en su masía y algunas veces nos llama para decirnos que no nos puede servir porque los pollos no tienen el tamaño suficiente», destaca Hoyos que ha buscado proveedores que ofrecen sus productos según las estaciones.
El nombre de Filete Ruso recuerda a las abuelas que confeccionaban sus propias hamburguesas con la mejor carne picada, huevo, perejil y ajo. Pero desde hace cinco años es el nombre de uno de los restaurantes de hamburguesas que no debemos olvidar cuando nos entre la gusa.
Si quieren vivir una experiencia inolvidable pidan un filete ruso con queso de pastor y trufa. La explosión que vivirán en su paladar la hará inolvidable. Algo parecido ocurre con las croquetas de pollo ecólogico.
Ahora El Filete Ruso se lanza a la carretera con Fileteando, una furgoneta equipada para que trabajen en ella cinco personas, que se apunta a todas las movidas como el Sónar y la Pasarela 080. Este food-truck también lleva por bandera la filosofía de Km0 con carnes y verduras ecológicas. En la carta de Fileteando veremos una cheese burguer clásica, un hot dog con cebolla crujiente y sus especialidades vegetales con Vegetaleando con arroces de verduras y hamburguesas vegetales. Las hamburguesas no son coto privado de los americanos. Hoyos y Milá también llevan con mucho éxito La Burg, en el barrio de Sarrià.