Waltraud Maczassek, en busca del origen

Los círculos del eterno ilustran a la perfección la madurez de una obra. Nacida en Frankfurt am Main y residente en Barcelona desde su juventud, Waltraud Maczassek celebra veinticinco años de labor pictórica con una exposición en la galería Ignacio Lassaleta (Rambla Catalunya, 47).

Dos años después de la muestra que presentó en el museo de Montserrat, la pintora abunda en la exploración del origen del universo. Para Maczassek, observar el origen de la vida en un microscopio revela la dimensión estética de la ciencia y la concilia con el arte. Como señaló el historiador y crítico José Corredor-Matheos, nos encontramos ante una visión estética que no olvida «el comienzo del caos primigenio». En los lienzos de Maczassek, añadió, «los espacios son algunos golpes, masas difusas de color de filiación informalista... De aquí su carácter de germen de lo orgánico, en la mezcla de trazos, manchas, colores y diferentes tonalidades».

Células y moléculas generan cromáticas explosiones de vida o aguardan su momento para renacer del negro de la muerte en piezas que nos recuerdan la simbología de Tàpies. Una visión radical de la naturaleza cósmica que Waltraud Maczassek ha configurado mediante la pintura, la escultura, el grabado y la fotografía.