Guía de supervivencia para comer con niños en un restaurante

Una guía del Gremio de Restauración de Barcelona recomienda a los locales instalar zonas de juego y alternativas al «menú infantil»

Guía de supervivencia para comer con niños en un restaurante Isabel B. Permuy

à. gubern

Para muchas familias es un suplicio. Otras directamente han desistido. Comer fuera con niños es muchas de las veces un deporte de riesgo, una aventura frente a la que los restaurantes, y también los propios padres, no están a menudo preparados. Locales con instalaciones inadecuadas, cartas no adapatadas y la habitual poca paciencia de los más pequeños hacen que, a menudo, ir de restaurante con la familia sea una práctica para valientes.

Por esta razón, y con ánimo de no perder una importante franja de clientes, el Gremio de Restauración de Barcelona, en colaboración con el Ayuntamiento de la capital catalana, ha editado un "manual de buenas prácticas" destinado a sus asociados con objeto de recuperar al público familiar. Se trata, tal y como explica el gremio, de que "las familias se sientan cómodas cuando van con sus hijos al restaurante, que vivan la experiencia de manera positiva". La pretensión, "que quieran repetir". Para editar la guía, se ha realizado una amplia encuesta, en la que se ha incluido la opinión, faltaría más, de 334 niños de hasta 12 años, padres profesionales así como expertos psicólogos, nutricionistas, interioristas o pedagogos.

Estas son las principales conclusiones, algunas de sentido común, otras no tan obvias para tener restaurantes "children friendly". En cuanto al espacio, nada de florituras ni elementos peligrosos. "Local funcional, seguro y amplio", contemplando la posibilidad de tener "una mesa apartada" para los niños. En cuanto al servicio, el gremio recomienda a sus restaurantes tener a personal "paciente", sobre todo ante situaciones de crisis generadas precisamente por la poca paciencia de los niños.

En cuanto a la carta, el gremio aboga por la inclusión de medias raciones, precios adapatados y fórmulas económicas para las familias. En este sentido, en la encuesta elaborada destaca también la opinión de los niños, muchos de los cuales se manifestan "cansados del clásico menú infantil, que incluiría macarrones o carne con patatas".

Por otra parte, y como toda familia sabe, el gran reto es controlar a la descendencia una vez se ha acabado la comida y los adultos pretenden hacer sobremesa. Que el local cuente con juegos de mesa o material para pintar (a veces basta con un folio y bolígrafos), una tele con programación infantil o, en el mejor de los casos una zona de juegos o ludoteca, puede permitir tomarse el cafe con cierta tranquilidad. Que el local disponga de tronas, cambiador para bebés o espacios suficiente para "aparcar" el carrito son otros de los elementos valorados.

En líneas generales, y por encima de otras consideraciones, el estudio constata que uno de los principales frenos de los padres para acudir a un restaurante con sus hijos no es tanto su propia tranquilidad como la sensación de que pueden molestar al resto de comensales.

Guía de supervivencia para comer con niños en un restaurante

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