El despertar de Carol Rama en el MACBA
El museo barcelonés reivindica a la artista italiana con una retrospectiva

El Macba anunció hace meses una gran exposición reivindicativa sobre la importancia de la artista italiana Carol Rama y por fin ha llegado el momento. Con toda la emoción de presentar una gran sorpresa, Beatriz Preciado se atreve a aventurar que «no se puede mirar igual a Picasso o a Duchamp después de conocer la obra de Carol Rama».
La edad (96 años) le impide a Carol Rama acompañar su gran debut en Barcelona. «Su trayectoria abarca ocho décadas y ahora tenemos la oportunidad de descubrir a esta pintora nacida en Turín en 1918 y que siempre fue ignorada por la historia del arte», subraya Preciado, que tuvo la oportunidad de viajar a Turín y seguir el rastro de Rama.
El Macba acoge la exposición más amplia de la artista con más de doscientas piezas encasilladas como pornográficas y grotescas. La primera característica que salta a la vista son los materiales que utiliza. «Podemos hablar de bricolaje; ella utiliza neumáticos de caucho, tornillos, uñas, pestañas, pelo, piel, jeringas, lavativas y otros objetos curiosos que tenía cerca», añade Preciado.
Coleccionistas privados
La muestra, bautizada como «La pasión según Carol Rama», recorre una obra «llena de pasión que desafía las convenciones estilísticas del siglo XX», comenta Bartomeu Marí, director del Macba. ¿Dónde estaban escondidas estas obras? En manos de coleccionistas. El ochenta por ciento del material que ha llegado a Barcelona pertenece a coleccionistas privados o directamente estaba en las estancias de la oscura casa de Rama donde las ventanas están tapadas para que no se cuele la luz.
La vida de Rama nacida en el seno de una familia burguesa viaja en paralelo a su creación. Empezó de joven en el mundo del arte, aunque no tuvo formación artística académica lo que la perjudicó toda su vida. Pintaba como terapia. Su padre se arruinó, su madre estaba internada en un psiquiátrico y vivió el suicidio de su padre. «Su rebeldía fue tal que su primera exposición fue censurada tildada de pornográfica», comenta Preciado que cree que la gente se quedará muy impresionada con los dibujos de la sala pintada de rojo en la que descubrimos desnudos, penes, imágenes escatológicas y a su madre en el manicomio.
Fue expulsada del arte povera. Durante la década de los sesenta quedó fuera de la escena italiana, en un momento tomado por los artistas del «arte povera» (arte pobre), porque la veían «demasiado sucia». Redescubierta en 1980 por la historiadora y crítica del arte Lea Vergine, su reconocimiento más destacado llegó con la concesión del León de Oro de la Bienal de Venecia por su carrera en 2003.