barcelona al día

Un Artur Mas de camiseta, bombachos y sandalias

Si Artur Mas quiere disputarle a David Fernández su liderazgo entre los antisistema, lo primero que tiene que hacer es cambiar de indumentaria

oti rodríguez marchante

Si Artur Mas quiere disputarle a David Fernández su liderazgo entre los antisistema, lo primero que tiene que hacer es cambiar de indumentaria: nada de esos trajes de crudillo de jefe de planta y proveerse de un buen lote de camisetas, y en cada una de ellas la leyenda oportuna, como esa maravillosa de que los punkis no mueren. Un Artur Mas en camiseta con lema, en pantalones medio bombachos con rayas y, en vez de zapatos de boda, unas sandalias de cuero, sería mucho más de fiar entre la parroquia de sus queridísimos votantes.

Y una vez ataviado de ese modo tan tranquilizador, debería abandonar su tendencia a esos pasitos de baile de pueblo que ensaya en la tarima a la menor ocasión. Si quiere bailar, que baile, pero serían mucho más pertinentes otros tipos de movimientos, como por ejemplo ese de agarrar una virtual guitarra y rasgarla violentamente mientras sube una pierna y se contorsiona con cara de poseído… Algo un poco más rockero, y no como ahora que bailotea siempre como si escuchara una canción de José Luis Perales. Y luego, las gafas, que se nota tanto que son unas gafas para ver muy de cerca (de esas como para explorar el menú del día en la taberna) con el mismo glamour que una de torreznos y un botellín… Acaso no ha visto que con unas patillas de colores y un rapado capilar su credibilidad democrática haría furor entre su parroquia.

Sabemos que Artur Mas es un rebelde, un poco al estilo de Cochise, pero porque él se ha confesado así: «soy rebelde porque España me ha hecho así», y tal, pero no basta con decirlo, también tiene que parecerlo: menos trajecito y más «chupa», nada de esos rasurados faciales como para ir besando a los nietos, sino el rastrojillo en la cara del que, recién levantado, pasa por el baño para orinar, y prou. Ahora que estas elecciones han dejado claro en qué consiste la mayoría de casi la mitad del electorado, Artur Mas, el astuto, el timonel, tiene en su mano estar a la altura de las circunstancias, y ello pasa por el despido fulminante de su sastre y por hacerse ya este sábado un mercadillo junto a Francesc Homs, otro al que al verlo te dan ganas de pedirle información: ¿y tendrán este mismo batín en la talla 44?

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