el mentidero
En Cataluña se llevan los tríos
En la política catalana sucede que, en ocasiones, el camino más corto para entender determinadas decisiones es la explicación retorcida
En política se llevan los tríos. De hecho, nunca dejaron de estar de moda. Durante seis años, en Cataluña gobernó una coalición formada por PSC, ERC e ICV. ¡Qué grandes momentos nos dio este tripartito, que votaba a mano alzada las grandes decisiones de su Consejo Ejecutivo! Se encarga de recordarlo Miquel Iceta en su libro «Icetedari. Paraules per al diàleg» (RBA). Explica el dirigente socialista que «los gobiernos de coalición a veces tienen problemas. Y si dentro de un partido ya cuesta que haya sintonía perfecta, entre tres partidos diferentes fue muy complicado tenerla».
Si la convivencia de este tridente de izquierdas fue traumática, lo de la alianza entre Raül Romeva, Oriol Junqueras y Artur Mas tiene visos de convertirse en un «reality show» estilo Jackass donde los protagonistas se hacen mucho, pero que mucho daño. Conocida es la diferente extracción de estos tres políticos, que practican una suerte de unionismo independentista donde se diluyen conservadores, exsocialistas, liberales, antiguos ecosocialistas...
Y también egos, ambiciones y traiciones. ¿Qué hace alguien como Romeva siendo cabeza de lista de una candidatura que nunca le nombrará presidente de la Generalitat? Me cuentan que el exeurodiputado de ICV, que nunca militó en esta formación, aceptó liderar la lista de Junts pel Sí por su amistad con Junqueras, con quien intimó en Bruselas. Después se les unió Ramon Tremosa (CDC), formando así un tridente soberanista protoelectoral que, ya a finales de legislatura, contó con el apoyo de la socialista Maria Badia. Pero el PSC llamó a consultas a su eurodiputada y se desmarcó de esa marca independentista antes de que el PSOE repartiera collejas en la calle Nicaragua.
En la política catalana sucede que, en ocasiones, el camino más corto para entender determinadas decisiones es la explicación retorcida. Hay quien asegura que esta operación unionista-secesionista es la antesala de otro tripartito de la izquierda, formado por ERC, Catalunya Sí que Es Pot (CSQP) y la CUP. Una teoría interesante que permitiría a Junqueras soltar lastre de las imposiciones y corruptelas convergentes -¡menudo papelón parlamentario hicieron los republicanos en la reciente comparecencia de Artur Mas!- y apostar por las políticas sociales, pero que choca con quienes sostienen que Podemos (integrada en CSQP) es el caballo de Troya españolista en Cataluña.
¿Dónde quedarían los socialistas en este escenario? Recordemos que el PSC se ha aliado con estas formaciones en municipios como Badalona o Castelldefels para evitar que el PP gobierne. O que da apoyo a la alcaldesa Ada Colau en Barcelona, sin que haya descartado entrar finalmente en el equipo de gobierno municipal.
Pero en el PSC especulan con otro tripartito junto a Unió Democràtica de Catalunya (UDC) y Ciudadanos, en el supuesto de que los resultados del 27-S no fueran tan adversos como indican las encuestas. Teniendo en cuenta que el alcalde socialista, Ángel Ros, ha pactado con el partido naranja en Lérida, la idea no es tan descabellada.