Tratar a los bebés con VIH en las 12 primeras semanas reduce la carga viral

Un estudio constata que hay seis veces menos de virus latentes en las células si la terapia antirretroviral se administra antes

Tratar a los bebés con VIH en las 12 primeras semanas reduce la carga viral EFE

E. A.

Iniciar el tratamiento antirretroviral a bebés infectados con el VIH durante las 12 primeras semanas de vida reduce hasta seis veces la carga viral, siempre que la terapia se administre ininterrumpidamente . Así lo demuestran los resultados de un estudio realizado en 23 niños que nacieron en España infectados por transmisión vertical madre-hijo. La investigación, publicada en la revista norteamericana Clinical Infectious Diseases , ha sido coordinada por científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa (impulsado conjuntamente por la Obra Social “La Caixa” y el departamento de Salud de la Generalitat), y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. También han colaborado múltiples servicios de pediatría coordinados en la Red Española de Investigación en Sida.

La carga viral o los reservorios virales son los virus que se mantienen latentes dentro de las células y despiertan cuando se interrumpe la terapia, por lo que reducir su tamaño es beneficioso a la hora de implementar futuras estrategias médicas orientadas a la cura de la infección por el VIH. Inicialmente, la potencial toxicidad de los tratamientos hizo que la administración del tratamiento antirretroviral a los niños sólo se recomendara cuando éstos empezaban a mostrar síntomas de la infección o su recuento de células T CD4 (las células diana del virus) descendía por debajo de un nivel que podía considerarse potencialmente peligroso para su salud.

Durante el primer año de vida

Sin embargo, durante los últimos años múltiples estudios han sugerido el beneficio de empezar el tratamiento de forma temprana, por lo que las guías internacionales recomiendan actualmente iniciar la terapia durante el primer año de vida, independientemente de si el niño presenta síntomas clínicos o de su recuento de células T CD4. El estudio se diseñó para comprobar si iniciar el tratamiento durante las primeras 12 semanas sería más beneficioso que esperar al periodo entre la semana 12 y la 54. El trabajo incluyó a 23 niños nacidos con infección perinatal por el VIH en diferentes hospitales españoles entre 2004 y 2009. Los bebés de la muestra se distribuyeron en dos grupos: 14 que habían iniciado la terapia durante las 12 primeras semanas de vida, y 9 que la habían comenzado entre la semana 12 y la 54.

Técnicas moleculares punteras

Tras medir con técnicas moleculares de última generación la cantidad de células que albergaban ADN viral en su interior, los resultados indican que los niños del primer grupo establecieron reservorios virales 6 veces más pequeños que los del segundo grupo. Aunque aún se está investigando la importancia que pueden tener los reservorios a la hora de aplicar tratamientos encaminados a una cura funcional de la infección por el VIH, los científicos coinciden en que la limitación de tamaño podría jugar un papel clave a la hora de conseguir que el virus no replique al suspender el tratamiento, lo que podría definirse como “cura funcional” , según exponen los investigadores del IrsiCaixa.

Los niños, "los mejores candidatos"

Hoy en día, y gracias a que las terapias actuales permiten igualar la esperanza de vida de las personas portadoras y las no portadoras del VIH, “los niños son los mejores candidatos para poder beneficiarse, en un futuro, de posibles intervenciones médicas orientadas a la cura”, asegura Javier Martínez-Picado , investigador ICREA y jefe del grupo de Retrovirología y Estudios Clínicos del IrsiCaixa.

Los científicos también estudiaron el efecto de la interrupción del tratamiento antirretroviral en el tamaño del reservorio, mediante el seguimiento de tres niños que lo suspendieron temporalmente, y nueve que lo mantuvieron de forma constante. Los resultados demuestran que, en cuanto la terapia fue interrumpida, los reservorios se llenaron rápidamente. "Esto significa que las interrupciones de tratamiento pueden contrarrestar los beneficios de iniciar la terapia al poco de nacer", explica Martínez-Picado. "El VIH replica relativamente rápido en niños. Y cuanto más rápido replica, mayor es el tamaño del reservorio. No está claro el origen del rebote viral, y la ampliación de los reservorios podría ser irreversible", añade el investigador.

Nuevas infecciones

En España, gracias a la obligatoriedad de realizar el test de VIH a todas las embarazadas y a la administración del tratamiento antirretroviral para evitar la transmisión durante el embarazo y el parto, apenas hay casos de bebés infectados (según datos del Registro Nacional de Casos de Sida, en 2013 hubo en España 10 casos de transmisión madre-hijo).

Sin embargo, los resultados del estudio son especialmente importantes de cara a la administración de los tratamientos en África, Asia o Europa del Este, donde siguen registrándose nacimientos de niños con VIH y donde la situación económica puede inducir a plantear un retraso de la terapia mientras los pequeños presenten un buen estado de salud.

Según datos del informe «How AIDS changed everything» ("Cómo el sida lo cambió todo"), publicado por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/Sida ONUSIDA durante este mes de julio, en 2014 hubo 220.000 nuevas infecciones por el VIH en niños, 190.000 de ellas en el África subsahariana. Esto supone más de 600 nuevas infecciones por día.

Tratar a los bebés con VIH en las 12 primeras semanas reduce la carga viral

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