el oasis catalán
Modelo Badalona
No se engañen: el modelo Badalona busca la legitimación política y social vía demonización de una supuesta amenaza exterior que, al ser denunciada y combatida
Badalona como modelo de cierto comportamiento político. Quede claro que en una democracia parlamentaria gobierna quien consigue el apoyo suficiente del Parlamento o Pleno municipal. En este sentido, el gobierno de Guanyem Badalona en Comú -a pesar de no haber ganado las municipales y sufrir un varapalo electoral- reúne los requisitos establecidos por la legalidad democrática. Pero, el resultado del Pleno del Ayuntamiento badalonés es la expresión del que podríamos denominar «modelo Badalona de reacción contra el adversario político convertido en enemigo del pueblo y la nación». Indico los elementos fundamentales del modelo.
Dos elementos sustantivos: el cordón sanitario y el ajuste de cuentas. Hay que protegerse del Otro que piensa distinto y tiene una concepción diferente de lo que es y debe ser la ciudad y la nación. Hay que señalar y aislar al Otro que contamina y debilita pueblo y nación. Hay que combatir al Otro según marcan los cánones de una táctica y estrategia médico-militar que se traduce en la estigmatización social y desalojo (política y social) de los cuerpos extraños. De ahí -desdén y resentimiento-, el cordón sanitario y el ajuste de cuentas. De lo sustantivo a lo adjetivo. Dos elementos adjetivos: el mito de la participación popular y de la idílica Cataluña independiente. El aislamiento, estigmatización y desalojo de los cuerpos extraños permitirá la construcción de una democracia participativa y -en palabras de la alcaldesa de Badalona: grado omega de la demagogia y el populismo- una «República Catalana libre, justa socialmente, y llena de paz, amor y convivencia».
No se engañen: el modelo Badalona busca la legitimación política y social vía demonización de una supuesta amenaza exterior que, al ser denunciada y combatida, provoca la cohesión alrededor de quien nos defiende del Mal. No se engañen: una cuestión de poder e intolerancia impulsada por el providencialismo y soberbia de quien padece -una forma de autoritarismo- el síndrome de superioridad moral.