todo irá bien
Vuelve la Barcelona pre
Hoy Barcelona coronará a los herederos de nuestro más siniestro río de sangre. Vuelve la izquierda salvaje, de tribu y de tam-tam
Vuelve la Barcelona pre. La Barcelona precolombina, vegetariana, dependiente de los ciclos lunares. La Barcelona truculenta de la posguerra, como si el desarrollismo no hubiera existido, ni la democratización de la proteína, ni la vacuna de la polio. Vuelve la Barcelona previa a su euforia, a su apertura al mar, al mar y al mundo, y vuelve una retórica que absurdamente creímos que la enseñanza general básica y la higiene fundamental habían dejado atrás.
La izquierda salvaje tomará hoy el control de una de las ciudades más exitosas del mundo, y más prósperas. Barcelona es la ciudad de La Civilización en que se vive mejor y entre la extrema izquierda que confunde sus odios con sus intereses, y la burguesía barcelonesa que nunca ha comprendido nada, hemos caído en manos del proyecto más populista y totalitario que se ha presentado a las elecciones tras la recuperación de la democracia.
Hay una inconsistencia típicamente barcelonesa, y típicamente catalana, cuya factura nos será minuciosamente entregada esta misma tarde. Vuelve la Barcelona fea, fea de una fealdad miserable más allá de la estética, de una fealdad espiritual porque a partir de cierta edad -Pavese lo dice- el rostro es el espejo del alma. Vuelve la Barcelona incendiaria, que no merece el mar, que desprecia su talento y su fuerza, y su belleza natural. Vuelve la Barcelona revanchista, resentida, colapsada de odio. Vuelven los fantasmas de los que vinieron a buscar a nuestros abuelos para llevarlos a la Arrabassada.
Vuelve la Barcelona pre. La Barcelona prebélica, preconstitucional, preolímpica. La Barcelona que llamó fascista a Porcioles y no acusó de asesino a Puig Antich, la Barcelona caótica y anarquista, la que prefiere a Marx que a Churchill, a Durruti que a Samaranch. Vuelve la Barcelona palestina, que no pierde ninguna oportunidad de perder una oportunidad.
Hoy Barcelona coronará a los herederos de nuestro más siniestro río de sangre. Vuelve la mirada india inescrutable, la epifanía sin trama, sin futuro; de secretaria necesitada de desgracia sentimental, de isla donde naufragan todas las esperanzas. Vuelve la izquierda salvaje, de tribu y de tam-tam.