el oasis catalán
Factura con IVA
Las elecciones municipales han pasado factura al nacionalismo catalán, especialmente a CiU
Las elecciones municipales del pasado domingo han pasado factura al nacionalismo catalán, especialmente a CiU. Resumo. CiU pierde poder municipal real, dice adiós a una Barcelona destinada a ser -en la retórica independentista- la capital de la Cataluña independiente y deviene una fuerza política que roza la marginalidad -fracaso sin paliativos de Súmate- en el Área Metropolitana barcelonesa. Con estos mimbres, ¿qué futuro le espera al «proceso»? Y la cosa se agrava si tenemos en cuenta que en el denominado proceso participativo del 9-N el voto favorable a la independencia fue superior al voto cosechado ahora por la suma de CiU, ERC y la CUP.
El «proceso» se deshincha, los indecisos no compran la mercancía soberanista y una parte del independentismo sobrevenido vuelve a casa en primavera. Se lucieron quienes plantearon las municipales como una primera vuelta de las autonómicas de septiembre.
Por cierto, ¿cuánto voto perdió Xavier Trias por culpa de los delirios independentistas que convirtieron Barcelona en la avanzadilla indispensable del nuevo Estado catalán que no vendrá? Por lo demás, si ERC llega a algún tipo de pacto con la Barcelona en Común de Ada Colau, ¿qué será de la hoja de ruta hacia la independencia -menudo bofetón político de Oriol Junqueras a Artur Mas- firmada por CiU y ERC?
La factura que paga el nacionalismo catalán y CiU tiene IVA. Un particular Impuesto de Voto Añadido que el soberanismo y CiU devengarán -como corresponde- durante el próximo trimestre. Detallo dos conceptos. En las elecciones autonómicas de septiembre -al parecer, Artur Mas se empeña en convocarlas: así se suicida políticamente un presidente-, el nacionalismo catalán pagará el IVA electoral de sus malos negocios políticos a algún movimiento del estilo Cataluña en Común.
En las mismas elecciones, CiU también pagará su particular IVA electoral a una ERC y una CUP que le pisarán los talones y pueden llegar a descalzarla. A ello, añadan una posible división social que pagaremos todos.