tribuna abierta
Postureo político
Con cierta frecuencia aparecen términos nuevos de uso popular que condensan en una sola palabra la esencia del momento
Una de las más recientes es la palabra «postureo» que todavía no aparece en el diccionario de la RAE y define a quienes quieren aparentar ante los demás lo que no son. Lo que viene a ser un impostor social de poca monta. Un ámbito abonado al postureo es la política, donde algunos políticos impostan actitudes personales de ética elevada y luego, en la realidad de los hechos, hacen lo contrario de lo que predican. Un comportamiento extendido al que no son ajenos algunos partidos que agitan la bandera de la regeneración política.
Recientemente hemos tenido ejemplos claros de «postureo» político en partidos que se autocalifican de «nuevos» y se llenan la boca de declaraciones grandilocuentes que sus hechos desmienten de forma escandalosa.
Sin ir más lejos, el portavoz de la CUP David Fernández aprovechó su posición de ventaja, como parlamentario, para esgrimir histriónicamente una zapatilla contra el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato. Hasta ahí la contundencia de la CUP con el escándalo Bankia, nada más. ¿Qué ha hecho la CUP para poner a la luz a los escándalos de las Cajas de Ahorros? Nada de nada. Antes al contrario, participó en cerrar en falso el mayor escándalo de las Cajas de Ahorro de España, el crack de Caixa Catalunya, con un informe parlamentario expresamente descafeinado. La CUP hizo ahí una faena de aliño para cubrir el expediente y seguir con el postureo, en lugar de mostrarse contundentes con el desfalco ocurrido en Cataluña, cubierto con enormes aportaciones de dinero público y que sí era de su competencia.
Por el contrario, como es conocido, UPyD ha dirigido la acción penal en contra de Rodrigo Rato y demás directivos responsables del latrocinio de Bankia ante la Audiencia Nacional, hasta exigir en varias ocasiones la prisión provisional para Rato. Unos blanden zapatillas, otros utilizamos la fuerza de la Ley, el Código Penal y los Tribunales de justicia. Gran diferencia entre el ‘postureo’ y la política de la verdad.
Otra formación abonada al postureo es Ciutadans o Ciudadanos, según convenga. La férrea postura de cara a la galería mantenida por Jordi Cañas, su portavoz en el Parlament, convertido en martillo de los herejes corruptos de los demás partidos, quedó en evidencia cuando fue imputado por un delito fiscal y un delito de falsedad documental. No está nada mal, desde luego, un delito de lesa patria y un delito de prestidigitación documental. El alguacil alguacilado.
Pero, para culmen, Ciutadans-Ciudadanos no sólo no apartó al citado de la vida política, sino que le premió nombrándole asesor en Bruselas de un eurodiputado. Asesor de qué, nos preguntamos inquietos, vistos sus presuntos conocimientos. Cambiar un cargo por otro, la puerta giratoria de diputado a asesor, eso sí, ambos con cargo al erario público, pagado con el dinero de todos, de usted también. Eso es, postureo, decir una cosa, hacer la contraria y un ejemplo de manual de la vieja política que dicen combatir.
Éste no es un hecho puntual en dicha formación. Sus listas municipales y autonómicas están trufadas de candidatos con el mismo perfil que el dimitido parlamentario y ungido asesor, amén de tránsfugas y arribistas. Lo dicho, «postureo» político.
Las elecciones son un excelente momento para que los electores agudicen sus sentidos común y político, y distingan los partidos de verdad de los de «postureo». Miren lo que hacen los partidos y no lo que dicen; y, luego, emitan un voto responsable. En el voto no cabe «postureo», es el momento de la conciencia personal y ciudadana que se ejerce libremente y en secreto.
Ramon de Veciana es candidato de UPyD Catalunya a la presidencia de la Generalitat.