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Cumbre de conciencia crítica

En la UE hay 260.000 productores «bio», de los que casi 31.000 son españoles. España es, en consumo ecológico, el octavo país de la UE, pero somos el primero en producción

joan carles valero

Entre el desaforado consumismo y una visión sagrada de la naturaleza existe un amplio trecho en el que se sitúa la mayoría de la población. Solo pensar en la naturaleza nos hace sonreír, sentirnos felices. A ella se escapan los urbanitas los fines de semana en un simulacro de retorno a los orígenes que aporta equilibrio y, sobre todo, una vida más saludable.

Barcelona es esta semana el escenario de dos visiones no necesariamente contrapuestas sobre el primer sector. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebra en el Palacio de Pedralbes un Foro sobre seguridad alimentaria en el Mediterráneo. El relevo a esta cumbre “oficial” se producirá mañana cuando arranque BioCultura en el Palau Sant Jordi. Mientras los expertos de las riberas meridional y oriental del Mediterráneo concluyen que hay que impulsar una producción agrícola sostenible en un territorio donde la mayoría de los países producen cantidades insuficientes de alimentos básicos, debido a la superpoblación y la escasez de agua y de tierra cultivable; una visita a BioCultura, la feria de productos ecológicos más importante de España, demuestra que ya existe otra manera de consumir y vivir como primer paso en el camino hacia la restauración de una sociedad verdaderamente sostenible.

En la Unión Europea hay 260.000 productores «bio», de los que casi 31.000 son españoles. España es, en consumo ecológico, el octavo país de la Unión Europea, pero somos el primero en producción. El ranking lo encabeza Andalucía, pero el liderazgo es catalán en elaboración y consumo. Según Ángeles Parra, directora de BioCultura, el sector «bio» catalán crece a un ritmo entre el 10 y el 12% gracias a ecoemprendedores muy jóvenes, creativos y dinámicos. Cada día se abren tiendas, restaurantes y fincas agroecológicas en todas las comarcas. El interés se multiplica, pero el sector aún espera un “boom”. En el centro y norte de Europa, hace tiempo que las administraciones apuestan por este sector, que no es ni de derechas ni de izquierdas.

Hasta el domingo, el visitante de BioCultura podrá conocer más de 18.000 referencias de productos de alimentación ecológica junto a otros para la higiene y la cosmética, textil orgánico, ecomateriales, muebles y decoración, energías renovables, terapias y medicinas complementarias, ahorro y reciclaje, juguetes, artesanías y turismo rural, entre otros. La feria, organizada por la asociación sin ánimo de lucro Vida Sana, ofrece también 300 actividades paralelas, como el Festival Ecológico de la Infancia MamaTerra, conciertos y terraza de verano para la mayor concentración de conciencia crítica.

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