el oasis catalán

Proselitismo

¿Qué cabe esperar del evento del 11-S? Insuflará oxígeno a una base independentista desanimada a quien se pie un último esfuerzo

miquel porta perales

Hay «pedagogía» -lean ustedes «publicidad» y «dirigismo»- en el «proceso» catalán. La anunciada manifestación del 11-S de 2015 en la Meridiana de Barcelona puede considerarse como la culminación del proceso publicitario y dirigista de la causa independentista que empezó en 2012. ¿Por qué la Meridiana? Dos razones. En primer lugar, porque es un espacio largo, ancho y sin obstáculos que permite una mirada panorámica limpia -aunque, curvada- y estirada de la manifestación. En segundo lugar, porque posibilita adentrarse -en parte: la Meridiana recorre muchos barrios de la ciudad de Barcelona- en un territorio poco propicio a la causa independentista. Fotografía y proselitismo, pues.

La fotografía -a todo color- del 11-S de 2015 será de consumo interno y externo. Consumo interno: levantar el ánimo y la cohesión del independentismo hoy deprimido y dividido, irrumpir como caballo siciliano en el inicio de campaña de las elecciones «plebiscitarias» del 27-S, desafiar al Estado.

Consumo externo: que el mundo se entere de la reivindicación «democrática» y «nacional» de una Cataluña a la que España impide ejercer su inalienable «derecho a decidir». Por su parte, el proselitismo se dirige al distrito de Nou Barris, esto es, a los barrios del extremo norte de la ciudad como -entre otros- Vallbona, Ciudad Meridiana, Prosperidad, Cañellas, Torre Baró o Trinidad Nueva. ¿Qué cabe esperar del evento del 11-S? Insuflará oxígeno a una base independentista desanimada a quien se pide un último esfuerzo. La comunidad política internacional lo observará con recelo y prevención. La prensa internacional describirá el happening.

Y los «otros catalanes» -que diría Candel- no se convertirán a la causa ni se sumaran al auto de fe independentista. Nadie abjurará ni se arrepentirá de unos pecados que no ha cometido. Después del 11-S, ¿qué? Probablemente, el independentismo continuará su fuga hacia la nada. Y, queriendo regatear al Estado -astucia, dirán-, se regateará a sí mismo. Tropezará. Autogol.

Proselitismo

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