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De Pipino el Breve a Pepinos forever
Es indudable que Cataluña es ahora mismo el mayor yacimiento del mundo para el rastreo de hechos diferenciales
Ahora que sabemos, por Artur Mas, que las auténticas raíces catalanas son carolingias, es más fácil analizar la situación política presente, que cobra un auténtico sentido histórico y social tras el descubrimiento del argonauta del proceso catalán. Aquel pulso de hace más de un milenio entre la realidad visigoda, la presencia pujante del emirato cordobés y la expansión hacia el sur del imperio carolingio es casi un calco, milenio mediante, de la riqueza intelectual y política de la Cataluña actual, en la que el argonauta se declara hijo de Carlomagno, o sea, nieto de Pipino el Breve, pero también aliado de Abderraman I, aunque sólo sea a través de la fundación convergente Nous Catalans y de sus reuniones (denunciadas por Albert Rivera) con Noureddine Ziadine, que no es un célebre ex jugador del Real Madrid, sino un líder islámico expulsado de España por sus ideas salafistas.
La última revelación del Artur Mas carolingio, que cortó en seco el bostezo de los líderes europeos en la reunión de Barcelona, le ha añadido una rama más a su complejo árbol genealógico (o imaginológico), ése que lo emparentaba con Ghandi, con Mandela, con Martin Luther King…, y ahora se pone en la foto con Carlomagno, dejando, como ya se sospechaba, al mismísimo Zelig en un papel parecido al del pequeño Nicolás.
Es indudable que Cataluña es ahora mismo el mayor yacimiento del mundo para el rastreo de hechos diferenciales, y sin ir más lejos, ayer mismo el Parlament encontró una nueva comarca perdida en el devenir de los siglos catalanes, la del Moianès, hasta ahora oculta entre la del Bages y el Vallès Oriental. La cosa no ha sido fácil, pues hasta ahora estaba perfectamente camuflada, en plan camaleón, con el entorno. Pero, la pericia de los políticos ha conseguido arrebatarle al polvo de los siglos esa idiosincrasia, esa singularidad que hacía realmente necesaria la (re)partición.
¿A quién se parece Artur Mas?... Pues a Carlomagno, claro está. ¿Y a quién se parece uno de Moià?... Pues a otro de Moià. Y ya habrá tiempo de seguir escarbando en el polvo y encontrar en él nuevos hechos diferenciales y signos de una culturalidad singular y propia, porque la vecina del tercero guisa con mucho ajo y baja a tirar la basura en bata. ¿desde cuándo es eso propio del Moianès?... O sea, de Pipino el breve a Pepinos forever.