barcelona al día
Mas, Junqueras y las cheerleaders, con el pizarrín
Lo normal sería que una sociedad adulta y democrática les exigiera algo más productivo que flechas en un pizarrín y una hoja de ruta
Eso que el separatismo catalán llama tan pomposamente la hoja de ruta cada vez se parece más al pizarrín de un entrenador de fútbol con ínfulas, al estilo Mourinho o Guardiola: un rectángulo vacío que hay que llenar de números y flechas que señalen a todas partes. Ya sabemos que la firma del preacuerdo anterior a la firma del acuerdo que formalizaron el otro día Artur Mas, Oriol Junqueras y las cheerleaders Forcadell y Casals le añaden al pizarrín otras cuantas flechas en rojo, la primera, el mismo 27 de septiembre, día de la ruptura con la soberanía nacional, y dieciocho meses después, o sea, hacia el 27 de marzo de 2017, día también de la ruptura con la soberanía nacional. Como hay que suponer que habrá catalanes que le hagan caso a ambos, los habrá ya libres del peso de España justo el día en el que arrojen su saldo esas elecciones antes autonómicas y ahora plebiscitarias por la gracia del dúo dinámico y sus cheerleaders, pero también los habrá que tendrán que recorrer esos dieciocho meses de trasvase autonómico estatal. Y habrá quienes sospechen, escamados con esa “full de ruta” que tan al milímetro lleva grabada en su cerebro Francesc Homs, que estas nuevas flechas en la pizarra del partido lo que en realidad significan es que el gobierno de Artur Mas, la democrática oposición de Junqueras y las poses de las dos gobernantas no tienen otra intención que la de asegurarse otros dos añitos sin dar ni golpe. Ya tendrán tiempo, en estos dos añitos sabáticos sin empleo pero con sueldo, de irle añadiendo nuevas flechas y movimientos tácticos a la hoja de ruta mientras que los catalanes y el resto de españoles estamos jugando el partido de verdad. Lo normal sería que una sociedad adulta y democrática les exigiera algo más productivo que flechas en un pizarrín y una hoja de ruta…, por ejemplo, ruta en sí misma, una sensación de avance, de progreso, de movimiento, de producción. Si algo saben los sopranos del bell canto separatista es que ni hay elecciones plebiscitarias, ni hay un 28 de septiembre ni un 27 de marzo en rojo (sólo tiempo de enredo), y si algo debieran saber los catalanes es que ese tiempo de enredo sólo es útil para la cuadrilla de liantes, mientras que para los demás es hoja de ruta, sí, pero hacia atrás, al furgón de cola.