parece mentira

Pitar el himno selectivamente

Los actos de ultraje a la bandera o desprecio a los símbolos nacionales no son una novedad en Cataluña

joan lópez alegre

Es una paradoja, el equipo de la capital de España, que tiene una afición que luce orgullosa banderas españolas no ha querido albergar la final de la Copa del Rey, en cambio un equipo de Barcelona, que tiene una afición que grita Inde-Inde-Independencia en el minuto 17.14 del partido está encantado de ser sede de este final.

Las paradojas no terminan aquí. Los actos de ultraje a la bandera o desprecio a los símbolos nacionales no son una novedad en Cataluña. Forman parte de la agenda del nacionalismo. Ya en la previa de las olimpiadas del ’92, los hijos de Pujol organizaron una pitada al himno durante un mundial de Atletismo. Las pitadas en finales de la Copa del Rey solo son la punta del iceberg, en realidad el desprecio a los símbolos llego a su cima en la última toma de posesión cuando se tapo con un trapo negro la foto del Rey de la sala del Palau de la Generalitat donde se estaba realizando la toma de posesión.

El desprecio a los símbolos, bandera o himno, de los nacionalistas, no solo afecta a España, en realidad se la aplican a ellos mismos. El nacionalismo hace tiempo que ha despreciado a la señera para usar solo la estelada. Su propia bandera no merece su aprecio.

El debate suscitado alrededor de si es democrático o legítimo pitar al himno en una final futbolística es una trampa, otra más del nacionalismo. Ellos tienen que tener derecho a despreciar a la bandera o el himno de España, que por cierto también les representa, pero los demás no tenemos derecho a opinar, tiene que parecernos bien si o si.

No se que opinaran del espectáculo de que dará con toda seguridad en la previa de la final de la copa del Rey todos los aficionados del FC Barcelona y el Atlétic de Bilbao en toda España, digo yo que los seguidores de Iniesta en Fuentealbilla o los seguidores del FC Barcelona en Manresa que no sean separatistas muy cómodos no se sentirán.

En Francia por pitar a la Marsellesa se repitió el partido a puerta cerrada. En otros países se juegan finales en el extranjero por razones de marketing. Pitar al himno es una majadería, los que lo hacen unos groseros. España ni gana ni pierde nada con la pitada del himno pero el espectáculo que darán los clubes que con su pasividad alientan la pitada suma a los muchos escándalos de toda índole que ya les acompañan. Y la pregunta es: ¿Por qué desde la Liga de Fútbol Profesional y la Federación se persigue -justamente- por insultar a un jugador o a una afición pero en cambio se tolerará la pitada al himno de España?

Quedamos a la espera de respuesta.

Pitar el himno selectivamente

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