Un cazatalentos para dirigir una orquesta sinfónica
Luis Conde celebra el XXV aniversario de la compañía Seeliger y Conde conduciendo a la Sinfónica del Vallés en el Palau de la Música
De la banca al escenario del Palau de la Música de Barcelona pasando por la empresa de cazatalentos Seeliger y Conde. Ese es el camino que, batuta en mano, ha seguido Luis Conde, quien ha querido celebrar el 25 aniversario de la compañía que preside de una manera especial y diferente.
Así, aprovechando la presencia de más de un millar de invitados, entre los que se encontraba el consejero delegado de Vocento, Luís Enríquez, Conde, acompañado por la mezzosoprano Alessandra Passalacqua, dio un paso al frente para dirigir en el recindo modernista a la Orquesta Sinfónica del Vallés.
Un cambio de registro de quien lleva 25 años «buscando directores para dirigir las orquestas empresariales de este país» que le llevó anoche a medirse con Sinfonía Nº2 en Do menor de Mahler. Una pieza que Conde descubrió en 1982, cuando el editor neoyorquino y propietario de la revista «Institutional Investors», Gilbert Kaplan, la dirigió en el neoyorquino Lincoln Center ante los asistentes a la reunión anual del FMI, y que le ha acompañado desde entonces.
«Mahler decía que no hay nada que esté fuera del alcance de la imaginación humana. Nada es imposible», sostiene Conde, quien ha afrontado el reto después de prepararse con directores de orquesta como Inma Shara, Jordi Mora, Rubén Gimeno o Gilbert Kaplan, entre otros.
Un entrenamiento musical con el que el empresario quiere subrayar que «con pasión y esfuerzo casi todo es posible en la vida». «Nada más lejos de mi mente el intentar emular o compararme con ninguno de los grandes directores de orquesta del mundo, pero transmitir que con esfuerzo se puede lograr casi todo me parece en estos días algo más que adecuado», apunta Conde.
