Mediterráneo taurino

El Mediterráneo bulle en toros cuando la primavera se asoma. Castellón acaba de finalizar su feria de la Magdalena con los triunfos de Enrique Ponce y un José María Manzanares vestido de luto azabache en memoria de su padre. En Valencia, las Fallas viven su apogeo con la plaza de la calle de Xátiva llena a reventar. En las calles de muchos pueblos de la Comunidad Valenciana y de las catalanas tierras del Ebro, el toro vuelve a ser protagonista de la Fiesta que el santoral celebra esta semana.

¿Y en Barcelona? La temporada comenzaba tradicionalmente también por el mes de marzo para tener la primera gran cita el Lunes de Pascua de Resurrección con el cartel más luminoso y rutilante posible. Las figuras de todas las épocas compitieron por estar entre los elegidos por don Pedro Balañá para ese día. Las luces del mar siempre sentaron bien para iluminar las tardes de toros en la capital catalana. Pero en este año, como en los cuatro anteriores no ha habido posibilidad de presentar la mejor combinación de toros y toreros para abrir temporada. De los herederos de don Pedro poco se sabe, solo que mantienen el coso de la Gran Vía en estado de revista, que, entre tanto silencio y rumores sobre el futuro de la Monumental, algo es algo.

Cuatro años de silencio también por parte de los responsables del Tribunal Constitucional, que parece que han olvidado en algún rincón de sus archivos el recurso contra la prohibición de las corridas de toros. Y habrá que seguir a vueltas con la conveniencia de un dictamen del TC, pues pocos aficionados entienden los porqués de esa tardanza. Que no se explican, vamos, que más de cuatro años se necesiten para decidir sobre si la abolición vulnera nuestra Carta Magna, si se saltaron el orden competencial a la torera, si tomaron el olivo sobre la libertad de empresa, o si simplemente se cercenó de raíz una libertad de la que disfrutan otros muchos de miles de ciudadanos españoles. En el Mediterráneo, al sur de Cataluña estos días.