Barcelona ajusta cuentas con su pasado bélico

El Castillo de Montjuïc estrena un centro de interpretació que explora la relación entre la fortaleza y la ciudad

Barcelona ajusta cuentas con su pasado bélico yolanda cardo

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Coincidencia o no, ahora que el Ejército ha manifestado su intención de volver a abrir un museo militar en Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona ha recuperado su antiguo emplazamiento en el castillo de Montjuïc para dar forma a un nuevo Centro de Interpretación que, según fuentes municipales, pretende explorar la historia de la fortaleza a lo largo de los siglos y su indisoluble relación con la capital catalana desde hace 10.000 años.

El castillo, nacido como atalaya y fortificado por primera vez en 1640, durante la revuelta contra Felipe IV, expone así una historia de guerra y de paz; de opresión y de tiempo libre; de rechazo y acercamiento a los barceloneses a través de cuatro salas que combinan audiovisuales interactivos con maquetas para explicar que el castillo fue «faro, fortín y fortaleza de Barcelona», así como sede del Museo Militar entre 1963 y 2007. Una historia en la que se alternan los bombardeos con los martillazos en sus canteras para extraer piedras para Santa María del Mar o la Sagrada Familia.

De este modo, durante el recorrido se rememora que antes del castillo había un faro, documentado en 1073, habitado por un marinero de oficio que alertaba a la ciudad de la llegada de naves hostiles o de posible conflicto bélico. El visitante se podrá informar asimismo de que el ingeniero militar Juan Martín Cermeño fue el encargado en el siglo XVIII, «en el contexto de una política de control militar sobre la población», de proyectar la reforma que otorga a la fortaleza su aspecto de castillo.

Otro de los ámbitos de la muestra lleva por nombre «Montjuïc defensa y represión de Barcelona»,no se esconde que el emplazamiento por su dominio de la montaña sobre la costa y la plana interior ha sido fundamental y decisivo como fortaleza en tiempos de guerra y de invasiones. En aquí donde se incluyen armas del fondo del Museo de Historia de Barcelona como un cañón de bronce, pistolas de avancarga, bayonetas o una espada cortesana.

En la última sala, «Montjuïc prisión y memoria de Barcelona», no se obvia que en el castillo se han llevado encarcelamientos, torturas, procesos y ejecuciones, y se recuerda que durante la guerra civil unas 1.500 personas fueron encarceladas en Montjuïc y 250 ejecutadas entre las paredes y los patios del castillo.

Diferentes fotografías documentan algunos de estos momentos, aunque destaca una imagen del archivo Agustí Centelles, en la que se ve al presidente de la Generalitat Lluís Companys y a sus consejeros recibidos en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, después de su liberación del penal del Puerto de Santa María (Cadiz) tras los hechos del 6 de octubre de 1934.

El castillo, en los años de la dictadura franquista, continuó como cárcel hasta 1960 y, posteriormente, bajo control del ejército, Franco lo cedió a la ciudad, inaugurando en 1963 el Museo Militar. En 2007 el castillo fue devuelto definitivamente a la ciudad y se desmanteló el museo.

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