tribuna abierta

Convertir la oportunidad en problema

No podemos permitir es que el turismo se acabe convirtiendo en un problema, que es lo que ha hecho el alcalde Xavier Trias

alberto fernández

Desde hace años Barcelona es uno de los destinos preferidos del turismo con más de 27 millones de visitantes cada año. El turismo genera entre el 12% y el 14% de la actividad económica de Barcelona, dando trabajo a más de 125.000 personas en la ciudad, lo que demuestra que no podemos prescindir de este valor seguro. Otra cosa que no podemos permitir es que el turismo se acabe convirtiendo en un problema, que es lo que ha hecho el alcalde Xavier Trias al respecto, convertir la oportunidad en un problema por una gestión equivocada y negligente del turismo.

El turismo ha crecido de forma exponencial en Barcelona y han proliferado de forma espectacular los apartamentos turísticos, legales e irregulares, pero en paralelo no ha habido una respuesta del Gobierno municipal preventiva. Mientras el alcalde Trias no ha presentado un plan de Turismo para los próximos cinco años, pese a que el actual, aprobado por el anterior Tripartito municipal, tenía una vigencia hasta este año (2010-2015), y lo normal hubiera sido aprobarlo a lo largo del pasado año 2014.

Hace mucho tiempo que advertí al alcalde del problema con los pisos turísticos, incluso presentamos una propuesta, aprobada en el Pleno municipal de diciembre de 2013, ocho meses antes de que estallara el problema de la Barceloneta, advirtiendo al alcalde que teníamos un gran problema con la proliferación de concesión de licencias a pisos turísticos en la ciudad, que podía estallar en cualquier momento por el planteamiento equivocado del Ayuntamiento respecto al tema.

En distritos como el Eixample, los pisos turísticos estaban representando un incremento anual del 100%, a lo que además había que añadir la proliferación de los apartamentos irregulares sin permiso municipal. Este incremento de pisos turísticos jugaba con una ventaja: la ausencia de un plan de control con un cuerpo de inspectores suficientes para cortar esta proliferación de raíz y actuar contra aquellos que aun teniendo licencia generaban molestias a los vecinos y distorsionaban la cohesión en los barrios. El gobierno municipal de Trias lo pretendió solucionar con 900 inspecciones en Ciutat Vella a finales de agosto, por lo que en una semana el Ayuntamiento hizo tantas inspecciones como había hecho en los últimos cuatro años, y de no haber sido por estas, se hubieran hecho poco más de 150, demostrando la falta de control del consistorio frente a este fenómeno.

Debemos proteger la imagen de Barcelona y el propio éxito de la ciudad, por eso es necesario conseguir una buena gestión del turismo, conciliándolo con los vecinos y los barrios. El riesgo para el turismo de Barcelona es no corregir algunas disfunciones generadas por un crecimiento desordenado del mismo y que éste entre en conflicto con los propios residentes, la delincuencia o la incapacidad de promover nuevos activos turísticos. Por eso, hemos pedido la presentación de un nuevo Plan de Turismo para Barcelona, actualizándolo a los nuevos fenómenos, así como a las coyunturas sociales y económicas, para que el turismo sea una oportunidad y no un problema.

Alberto Fernández preside el grupo del PP en Barcelona

Convertir la oportunidad en problema

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