La pluma de Mas

Con toda la tinta que produjo a finales del verano pasado la pluma de Artur Mas (puesto que la frase se presta a equívoco, se aclara que se refiere a la Inoxcrom de las grandes ocasiones y no a ninguna ligereza post vacacional), ahora llega el Tribunal Constitucional y por unanimidad declara que, por mucha tinta que produjera, lo que no tenía aquella pluma era precisamente tinta: firma en blanco, en el agua, rúbrica de humo…, en eso se queda aquel pomposo acto de firma del decreto de convocatoria del referéndum de independencia. Y lleva razón la vicepresidenta Joana Ortega cuando dice que, por mucho que insista el Tribunal Constitucional, el 9-N existió. O sea, lleva razón en lo de que el 9-N existió (y yo lo recuerdo muy bien y precisamente por lo que no hice), pero no lleva ninguna razón en sugerir que el Tribunal Constitucional insiste en que no hubo 9 de noviembre, pues lo que invalida el Tribunal no es la fecha sino la tinta de Artur Mas, dejándolo desplumado, seco, como un calamar recién descargado. Una pena, porque el momentazo de la firma, con Artur Mas y su Inoxcrom en el centro de la sala ante la mirada del equipo independentista poniendo su mejor perfil de moneda, es digno de la tradición artúrica, sí, pero en versión de los Monty Python.

Aunque el que ha dejado bien seca la glándula del calamar Mas no ha sido el Tribunal Constitucional, sino el fabuloso Jordi Pujol Ferrusola, que tiene más tablas y más obra que Flotats, y que le dijo una de esas frases como sacadas de “El Padrino”, más rotunda y redonda que aquella tan sobrevalorada de “le haré una oferta que no podrá rechazar”… Jordi Pujol Ferrusola le selló la glándula, le tapó la salida, le destrozó cualquier estrategia de fuga con unas palabras tan amistosas, tan cercanas, tan de corazón a corazón que a Artur Mas le tuvo que asomar forzosamente una lagrimilla: “Sé que el día que lo necesite, lo encontraré”… Glup… Menos mal que salió Rahola en su defensa: “estoy en condiciones de decir que no son tan amigos”…, que viene a ser como si Luca Brasi le dijera a Clemenza que está en condiciones de asegurarle que la oferta de Don Vito la puede rechazar si lo cree más conveniente.