tribuna abierta

Las vías muertas

Se hacen propuestas, se lanzan ideas que, debido al ruido mediático y al vértigo del momento, nacen y mueren en apenas unos días, sin tiempo para medir su calado

carlos silva

Las elecciones andaluzas del próximo mes de marzo pondrán en marcha el carrusel electoral que, de aquí a finales de año, perfilará el campo de juego político en el que se construirá el futuro inmediato de España. Nadie discute ya que éste es un año crucial como pocos lo han sido en la historia reciente de nuestro país. Los actores políticos lanzan sus proclamas, intentando resituar su discurso en un contexto turbulento con un panorama incierto para cuando llegue el momento del reflujo tras la marea de cambio.

En este paisaje enmarañado se hacen propuestas, se lanzan ideas que, debido al ruido mediático y al vértigo del momento, nacen y mueren en apenas unos días, sin tiempo para medir su calado. El PSOE, cada día más irrelevante, da, enloquecido, palos de ciego y hace de tanto en tanto llamamientos a una extraña tercera vía que promete igualdad y estabilidad a través de la cosificación en la Constitución de las desigualdades territoriales y del blindaje, a favor del nacionalismo, se entiende, de las competencias de educación, lengua y cultura, piedras de toque secesionista contra las que la resistencia al régimen catalán venimos luchando durante décadas.

El rendimiento incondicional del PSOE al nacionalismo, sus gestos exagerados y fuera de lugar, propios del ahogado que con sus aspavientos sólo consigue acelerar su propio hundimiento, es al tiempo fascinante y aterrador. Sin embargo, es aún más sorprendente que las propuestas semejantes de Luís Garicano, último fichaje de ese “dream team” de Ciutadans coherente con su concepción de la política como espectáculo de masas, con cesión de IRPF a Cataluña incluida, no hayan recibido la atención merecida a pesar de su gravedad. Sobre todo, si tenemos en cuenta la apabullante y desvergonzada campaña para presentar a Ciutadans como el nuevo mirlo blanco del reformismo y la regeneración.

Es conocida la capacidad de los sistemas para auto-fagocitarse y, a través de una digestión más o menos rápida, alumbrarse nuevamente a sí mismos como algo nuevo y diferente. Ante la muerte anunciada del bipartidismo, los poderes fácticos, tanto económicos como mediáticos, han encontrado en C’s, célebre por sus silencios clamorosos, su discurso basado en el eslogan y su inacción, tanto política como judicial, más allá de las apariciones esporádicas de su líder en el Parlament y de sus inacabables “tournées” mediáticas, la materia neutra idónea para reinventarse sin que nada cambie. Lo mismo con la apariencia de lo distinto. Para ello, se ha iniciado una impúdica operación mediática en la que se pretende que los ciudadanos, víctimas de una severa resaca demoscópica alimentada con el alcohol de garrafón de una información sesgada, voten en estado semi-consciente las opciones pre-establecidas por el poder: la sustitución del viejo bipartidismo por uno de nuevo cuño, o, en el mejor de los casos, la pervivencia del eje PP/PSOE con el apoyo del bastón acomodaticio y poco exigente de la ambición desmedida de Rivera.

En UPyD, la opción incómoda, la regeneración comprometida y sin padrinos que pasen después factura, seguimos confiando en la inteligencia, independencia y criterio de los españoles.

Carlos Silva es responsable de organización territorial de UPyD Cataluña

Las vías muertas

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