Romeo y Julieta en la ciudad de las bombas

Chufo Lloréns recrea la Barcelona de la Exposición de 1888 y el desastre de Cuba en «La ley de los justos»

Romeo y Julieta en la ciudad de las bombas efe

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Cuatro años y casi mil doscientas páginas para reconstruir la Barcelona de 1888 a 1898 en «La ley de los justos» (Grijalbo). «Una novela larga puede ser corta siempre que consiga interesarnos», apunta Chufo Lloréns (Barcelona, 1931). El año 1888 cambia la faz de Barcelona al tiempo que condena al paro a los ocho mil obreros que levantaron el Arco del Triunfo y convirtieron la Ciudadela militar en parque ciudadano.

El de 1898 es el año de la pérdida de las colonias y la apertura de la Vía Layetana que derribó diez mil viviendas. Entre los fastos y las injusticias la lucha de clases va tomando cuerpo. Los atentados anarquistas, como el del Liceo que Ignacio Agusti recrea en «Mariona Rebull», convierten Barcelona en la ciudad de las bombas.

El autor de «Te daré la tierra» y «Mar de fuego» ha dado un salto del siglo XI al XIX para revivir el mito de Romeo y Julieta en el amor entre Juan Pedro Ripoll, de alta cuna burguesa, y Luisa Bonafont, de familia humilde y mare viuda. De los encantos y desencantos de la burguesía, sabe mucho don Chufo: «La familia protagonista vive en la calle Valencia 213: la casa que construyó mi abuelo en la que nací y viví hasta los siete años…», explica. Junto a personajes históricos como Antonio López, el conde Güell o el poeta Jacinto Verdaguer, laten otros inspirados en la familia del autor: su tío, todo un maestro de esgrima o Enriqueta Martí, «la vampira del Raval» reconvertida en Pancracia Betancourt: «A pesar de que vivió a principios del siglo XX era un personaje demasiado novelesco para despreciarlo», apunta.

«La Barcelona de 1888 se cree por primera vez la reina del universo y la burguesía goza de una vida fácil ignorando la miseria de las familias obreras… El trágico amor entre Juan Pedro y Luisa tiene como telón de fondo el conflicto cubano, el comercio de esclavos, las veladas musicales, las fiestas galantes y los trapicheos en los barrios bajos», comenta el escritor. Aunque algunos de esos episodios hayan sido abordados, lo importante para Chufo Lloréns «no es lo que se cuenta sino cómo se cuenta».

Romeo y Julieta en la ciudad de las bombas

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