barcelona al día
Más pilas, esto es la desconexión
Cada vez que el president Artur Mas se pone en estratega y habla de su Plan de Desconexión, yo me compro otra caja de pilas
Cada vez que el president Artur Mas se pone en estratega y habla de su Plan de Desconexión, yo me compro otra caja de pilas. Es un acto reflejo, y completamente irrazonable, pues si algo tiene bien formulado y reformulado este Govern es su hoja de ruta, a la que ya no le falta ni un detalle ni un comisionado; los dos últimos, Carles Viver Pi-Sunyer y Núria Bassols, garantizarán la transición nacional (el primero) y la transparencia (la segunda)…, o sea, que yo no tenga que gastar todas mis pilas en la linterna y que todo el proceso sea al menos tan transparente como la ex magistrada Bassols, que mostró toda su diafanidad en el caso Ferrán Falcó y Adigsa. Total, que más que comisionados (y tomo el ingenioso juego de la crónica de Pablo Planas) son comisionistas.
Contra mi irrazonable acto reflejo de irme a comprar pilas hay muchos argumentos, aunque ninguno tan tranquilizador como el saber que el actor Joel Joan confiese que España ya no tiene que darnos miedo y que desconectados seremos mejores… Y en eso, he de darle la razón, pues no es el miedo a España el que me impulsa a coleccionar pilas, y ambos tenemos mucho margen de mejora, él como intelectual y actor , y yo como gacetillero. En fin, habrá que esperar que la señora Bassols nos haga diáfano y transparente ese asunto baladí de las desconexiones energéticas, de la asunción por parte de los Mossos de la protección de las centrales nucleares y de esa frase “asamblearia” de la toma de puertos y aeropuertos, que cada vez que la leo empiezo a considerar si mi masiva compra de pilas tiene algún sentido.
Pero, en el Decálogo que nos trajo Mas de su zarza ardiente, el olvido más sonoro es el de las palomas. ¿Qué pasa con las palomas? Existe una ley que prohíbe echarles de comer en la calle y parques, y es un espectáculo ver a mossos y mossas en compañía de alguna ancianita como de tebeo de Ibáñez forrar de inmundicias cualquier plaza (y mejor, si hay columpios y zona infantil para que los niños hagan figuritas con la caca de paloma… Verbigracia, Plaza Artós), con el natural regodeo y aleteo de colúmbidos, loros y chiquillos. Como para vigilar centrales nucleares.