letras expectativas

Cortejar en Barcelona

Como ocurre en la naturaleza a partir de la máxima «win-win» en la que las partes siempre ganan del gozo de disfrutar en compañía

joan carles valero

Barcelona enamora. Lo ha comprobado Qatar Airways, que esta semana dobla sus vuelos diarios desde la capital catalana. Desde que aterrizó en nuestro país en 2005, ha convertido su ruta barcelonesa en una verdadera autopista del aire transoceánica. Gracias a sus buenas conexiones con Asia y Oceanía a través del aeropuerto de Doha, la apuesta qatarí por Barcelona ha dado alas al espectacular aumento del turismo procedente del Medio y Extremo Oriente.

Los responsables de esta aerolínea de cinco estrellas no cesan de cortejar a tour operadores y periodistas orientales. Por eso en el palco que tienen en el Camp Nou practican el arte de la seducción de Barcelona, entendida como el ofrecimiento de algo valioso para despertar interés o deseo. Como ocurre en la naturaleza a partir de la máxima «win-win» en la que las partes siempre ganan del gozo de disfrutar en compañía.

La gastronomía y la vitivinicultura es otro escenario idóneo para embargar o cautivar el ánimo. Noche burbujeante la del lunes en la gran final del concurso «Mejor Sumiller de España en Cava». Pedro Bonet, presidente del Consejo Regulador del Cava, elogió la figura de estos profesionales, que ya no son un eslabón más en la cadena restauradora, sino uno de los principales gestores de las emociones en la mesa. Aportan conocimiento y son quienes más contacto mantienen con los comensales. Los sumillers, además de aconsejar y maridar los ágapes, gestionan la bodega del restaurante y elaboran la carta. Por eso los productores de vinos, cavas y las denominaciones de origen los miman como prescriptores del consumo.

Son actores que cada día se enfrentan a una nueva platea y tienen que adivinar gustos y estados de ánimo, una faceta experimental que no se estudia. Por eso nunca antes una competición de sumillers se había disputado con «fuego real», es decir, frente a comensales que, además, ejercen de jurado y ante un menú desconocido de antemano.

Ganó el zaragozano Guillermo Cruz Alcubierre, del restaurante Mugaritz (Guipuzkoa), de entre los veinte finalistas, todos de acreditada solvencia en conocimientos técnicos y en cata a ciegas, al haber sido seleccionados en pruebas regionales a las que se presentaron más de 450 sumillers. Compitieron hasta la madrugada en la primera final española consistente en maridar una cena con 42 cavas. El jurado integrado por los más de 240 comensales, también valoró la seducción del sumiller, su cortejo en la mesa, siempre con la aspiración de que el contacto con cada persona se traduzca en una oportunidad para mejorar su vida. Como hace Barcelona.

Cortejar en Barcelona

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación