entrevista
Coia Valls: «Confío en que el papa Francisco acabe con el celibato obligatorio»
La autora plasma en «Amor prohibido» la relación de un monje y la hija de un noble en la Cataluña del siglo XV
La Historia inspira novelas e interpela nuestro presente. Coia Valls leyó un poema amoroso firmado por un tal Pardo... Las pesquisas le llevaron a un estudio de Martín de Riquer y supo que en el siglo XV san Valentín ya era el protector de los enamorados. Nacía «Amor prohibido» (Ediciones B): un monje y la hija de un noble siguen la ley del deseo en una época oscura. La autora refleja vivencias familiares y el problema del celibato. «Algunos capítulos los escribí en salas de hospital: en año y medio vi morir a mucha gente, entre ellos, a mi padre... En esas agonías, cuando los ancianos expiran en posición fetal, no había diferencia entre el siglo XV y ahora mismo».
Tampoco ha cambiado mucho la situación de los sacerdotes que mantienen una relación amorosa... Coia Valls recuerda un «secreto de familia» del siglo XIX relacionado con su bisabuela que traslada a la ficción novelesca: «Confío en que el papa Francisco acabe con la obligatoriedad del celibato.. . Desde los años setenta, cien mil sacerdotes dejaron los hábitos para casarse y cada año el Vaticano dispensa a setecientos. Leí una carta firmada por veintiséis mujeres que mantenían relaciones con sacerdotes... El celibato no es dogma de fe sino una imposición del Concilio de Trento... ¡No olvidemos que los apóstoles estaban casados!».
La acción de la novela transcurre en 1428; el gran terremoto, con epicentro en Camprodón que arrasó poblaciones enteras, compone un escenario apocalíptico... Aparecen personajes que existieron realmente, como el abad Pere Sadaval, la priora Margarita Querol, sor Hugueta, o la judía Floreta Sanoga, que practicaba la medicina a pesar de la prohibición que pesaba sobre las mujeres. El rigor documental aliñado con una historia bien contada sigue siendo la fórmula del género: «Quiero reivindicar a los escritores de este país, ahora que la novela histórica no pasa por su mejor momento», apunta Valls.
El «Amor prohibido» entre Agnès y el monje Marc Roselló es para ellos un espacio de intimidad. Besos y caricias bajo la advocación de un mártir romano del siglo III cuyas reliquias reposan en Sant Benet del Bages: «San Valentín, primer mártir del amor... Bienvenido sea» proclama la escritora.