Artur, tahúr

La nueva propuesta con opciones múltiples de Artur Mas a ERC, el cruce de cartas y mensajes SMS culpablemente privados o tramposamente públicos, añaden una nueva página a la Historia de la infamia que el Presidente de la Generalitat ha venido escribiendo durante los años interminables de sus dos legislaturas exprés. Artur Mas ha engañado a todo aquel que se haya expuesto a la onda expansiva de sus intereses personales y ha hecho de la mentira el leitmotiv de su acción política, emborronando el debate con el ruido blanco de su lenguaje basura -mandato democrático, elecciones plebiscitarias, legislatura constituyente- hasta dejar a la opinión pública tambaleándose como un boxeador sonado en la lona del ring.

Sea cual sea el desenlace de la última escena iniciada esta semana del vodevil CiU-ERC, con coreografía pas de deux incluida, la única certeza es que los catalanes serán las victimas propiciatorias de este ritual vergonzante. El acuerdo para incluir como punto común de programa la elaboración de una Constitución hace prever nuevos años añadidos de desvaríos parlamentarios y de burla a los ciudadanos, de siembra de nuevas semillas de odio que germinen en un futuro próximo, acordémonos del precedente del Estatut. Las estrategias win-win del President, siempre son lose-lose para la ciudadanía. Mientras tanto, el pasado diciembre, un hombre moría de infarto el día de Navidad mientras era trasladado en ambulancia desde el Joan XXIII en Tarragona a Bellvitge en Barcelona dado que la única unidad hemodinámica del Tarragonés no abre 24h. al día debido a los recortes: prohibido tener un infarto desde las 20h. de la noche a las 8h. de la mañana. Por supuesto, los medios subvencionados y sometidos al poder ocultaron o minimizaron la noticia. La realidad, esa cosa molesta, pegajosa y obcecada...

Artur Mas ha demostrado repetidamente su mala fe, su falta de lealtad, más allá de la defensa de sus intereses personales y partidistas que antepone de manera reiterada y perniciosa a los intereses y necesidades de los catalanes. Sus actuaciones, dirigidas a situar al Estado de derecho y a sus oponentes en sucesivos callejones sin salida, son excusas para obtener rédito político, minando nuestro marco de convivencia y a despecho de las consecuencias de sus actos. El Estado no debe permanecer impasible ante esta estrategia de agresión continuada y de perversión de las reglas del juego democrático. Los catalanes no pueden seguir dejando su destino en manos de este jugador ventajista, un tahúr de la política.

Carlos Silva es el responsable de organización de UPyD Catalunya.