Filfa

La encuesta del Centre d´Estudis d´Opinió (CEO) tiene miga. Más allá del bajón del independentismo (12,3% en un año), hay datos que merecen ser reseñados. El CEO distingue entre «principales problemas que tiene actualmente Cataluña» y cuál «considera el más importante». En cabeza se encuentran el paro y la precariedad laboral, el funcionamiento de la economía y la insatisfacción con la política. Lógico. Lo interesante viene después. Principales problemas: relaciones Cataluña-España (30,7% de encuestados), sanidad (10,5%), sistema de financiación (9,2%), educación, cultura e investigación (7,9%), excesiva presión fiscal (3,6%), falta de infraestructuras y problemas con el transporte (2,7%), servicios deficientes y malas instalaciones públicas (2,5%), acceso a la vivienda (1,5%), crisis de identidad catalana (0,9%). Una cosa es el problema y otra la importancia. Los más importantes: relaciones Cataluña-España (14,0% de encuestados), sistema de financiación (4,2%), sanidad (2,0%), educación, cultura e investigación (1,1%), excesiva presión fiscal (1,0%), servicios deficientes y malas instalaciones públicas (0,5%), crisis de identidad catalana (0,3%), infraestructuras y problemas con el transporte (0,3%), acceso a la vivienda (0,1%).

A tenor de la encuesta, resulta que la preocupación por los problemas que fundamentan el argumentario victimista del nacionalismo catalán -la financiación, el llamado expolio fiscal o la identidad catalana amenazada- no superan los dos dígitos. Y yo me pregunto si el «proceso» y sus razones no serán una filfa resultado de un calentón de septiembre. ¿Cómo casar la ideología y propaganda nacionalistas con los datos que ofrece ese órgano de la Generalitat que es el CEO que, por lo demás, pronostica un bajón del independentismo? ¿Y qué decir de un «proceso» que considera “caballo de Troya” a quien tiene una idea diferente de Cataluña? Un «proceso» que opone integrados e integrados -buenos y malos- es una filfa -timo o cuento- poco democrática.