La chaise longue de Gaudí vuelve al Palau Güell
El espacio acoge una muestra con algunas de las piezas maestras de mobilirio del arquitecto modernista
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Este mes de noviembre llueven buenas nuevas sobre el Palau Güell. Por una parte se celebran los treinta años de su declaración como Patrimonio Mundial de la Unesco y por otra se recuperan temporalmente (hasta el 11 de enero 2015) la chaise longue y una de las sillas de gatos y ratones, ambas piezas diseñadas por Gaudí, que decoraban el edificio cuando lo habitaba la familia Güell.
La exposición «Palau Güell. Miradas al mobiliario» es un aliciente más para descubrir una de las obras maestras del arquitecto modernista. En 1992 la Diputación de Barcelona empezó a trabajar para la recuperación de la decoración original del palacio y obtener piezas importantes como la mesa de comedor, de Francesc Vidal, que el público puedo admirar, desde una cristalera, en su lugar original. Pero en los últimos años se han hecho importantes gestiones para recuperar más piezas.
Cabe destacar la colaboración con la Junta Constructora de la Sagrada Familia que ha dejado en depósito la mesa de despacho de Eusebio Güell que estaba en la Casa Museo de Gaudí. Y también se ha localizado un bronce de Llimona, «Modestia», de 1892, que decoraba el salón principal del Palau Güell.
Todos los muebles que vuelven son bienvenidos porque ayudan a imaginar cómo fue la residencia oficial de la familia Güell-López durante veinte años. En esta investigación, la chaise longue y la silla de gatos y ratones son piezas claves.
«Precedente de La Pedrera»
«La chaise longue supone un precedente del diseño "duro y suave" que Gaudí daría a la Pedrera –destaca Josep Casamartina, comisario de la exposición-; mientras que la silla cuenta con un guiño -en forma de gatos y ratones- hacia los muebles del diseñador Vidal, que incluían animales mitológicos».
En la foto original de la chaise longue llama la atención la piel de vaca con la que está tapizada; en la actualidad el mueble está recubierto con un terciopelo beige. «Gaudí incorpora en esta pieza hierro forjado, un material inusual en la producción de muebles y prescinde de la madera tradicional», subraya Casamartina. El resultado es un asiento sinuoso en el que apenas se aprecia el hierro. Este mueble formaba parte del dormitorio de la Señora Güell, Isabel López-Bru. Casamartina insiste en la originalidad de la chaise longue. «Es una mueble que no se parece a nada».