los martes, toros
¿También tú, Albert?
Toros en Cataluña, sí. Subvenciones para mantener el valor ecológico de la cría del toro bravo, ¡ay! en eso nos negamos o nos abstenemos...
Quienes se opusieron a la abolición en el Parlament en julio de 2010 quisieron convertirse en paladines de la Fiesta y los aficionados les creyeron. Solo hay que recordar la Feria de la Mercè de aquel año, cuando los diputados Rafael Luna, del PP, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, abandonaron La Monumental a hombros junto al matador de toros catalán Serafín Marín. Unas horas antes de comenzar el festejo de aquel 26 de septiembre, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, lanzó su compromiso con los aficionados de que cualquier pacto postelectoral estaría condicionado por la recuperación de las corridas de toros. Las decepciones no tardaron en llegar, pues unos meses después de que Artur Mas recuperara para CiU la presidencia de la Generalitat, el PP sellaba un pacto para sacar adelante los Presupuestos..., y de las corridas de toros nada por aquí, nada por allá.
Ahora, cuando Cataluña vive sumida en una sinrazón, a los aficionados que sueñan, soñamos, con volver a ver toros en La Monumental y tenemos la fe puesta en el recurso a la prohibición que debe resolver el Tribunal Constitucional, la otra pata política de la defensa de la Fiesta nos suelta otro bofetón de aúpa. Sucedió en Europa hace unos días. Se votaba mantener la subvención a la crianza del toro de lidia como una más de las que reciben las diferentes ganaderías extensivas en la UE. Pues ahí estuvieron los dos diputados de Ciudadanos, Javier Nart y Juan Carlos Girauta, con la negativa y la abstención para que las ayudas sigan llegando a las dehesas de bravo.
Y claro, a uno se le queda cara de gili, porque es difícil de olvidar aquel baño de multitudes de Albert Rivera en la plaza barcelonesa, porque a uno le viene el recuerdo de su aclamada aparición en La Maestranza sevillana en la Feria de Abril de 2013, porque no es fácil olvidar su constante clamor de libertad y porque aún resuenan sus palabras tildando de hipócritas a los políticos que prohibieron las corridas y autorizaron los correbous.
Toros en Cataluña, sí. Subvenciones para mantener el valor ecológico de la cría del toro bravo, ¡ay! en eso nos negamos o nos abstenemos... ¿También tú, Albert?