Primer año de Felipe VI
El Rey que renovó la Monarquía
Don Felipe y Doña Letizia celebrarán su primer aniversario el próximo viernes en el Palacio Real, donde el Monarca dirigirá unas palabras e impondrá condecoraciones al mérito civil
Llevaba toda la vida preparándose para ese momento, el de su proclamación como Rey y, desde hacía unos pocos años, para las nuevas circunstancias políticas y sociales surgidas tras la crisis. Durante las décadas anteriores, se pensaba que el relevo en la Corona sería un proceso sencillo, después de un reinado tan brillante como el de Don Juan Carlos. «Lo difícil para su hijo será estar a la altura de su padre», se decía entonces. En aquella época, habría bastado con ofrecer un mensaje de continuidad.
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Sin embargo, en los últimos tres años las cosas habían empezado a complicarse dentro y fuera de la Corona, y Don Felipe empezaba a ser visto como un horizonte de esperanza. El nuevo Rey estrenaría su reinado en unas circunstancias muy complicadas que, en lugar de continuidad, exigían renovar la Monarquía para adaptarla a los nuevos tiempos. Si Don Juan Carlos se había puesto en su día al frente de las ansias ciudadanas de democracia y libertad, Don Felipe debía encabezar ahora los deseos de regeneración.
No faltaron voces que, aprovechando el momento del relevo, pidieron un cambio de sistema, y aquel 19 de junio el centro de Madrid estuvo tan vigilado por temor a unas supuestas protestas republicanas que la presencia policial a punto estuvo de arruinar la fiesta.
La llamada de Zarzuela
A media mañana, fue necesaria una llamada de Zarzuela a la Delegación del Gobierno en Madrid para que se relajaran las medidas de seguridad y las miles de personas que querían aceder a la plaza de Oriente y acercarse al Palacio Real pudieran hacerlo. La Familia Real iba a saludar desde el balcón principal del Alcázar y, para ello, la gente tenía que poder acercarse.
A medianoche Don Felipe se había convertido en Jefe del Estado, pero aquella mañana tenía que acudir a las Cortes para prestar juramento y hacer efectiva su proclamación. Allí iba a dirigir su primer mensaje como Rey. El fin de semana anterior se había encerrado en Zarzuela para terminar de prepararlo con sus colaboradores, casi todos internos pero también alguno externo.
Tenía muy claro lo que quería decir. Su discurso no era un programa electoral, pero Don Felipe no iba a prometer nada que no pudiera cumplir. Sólo un año después ha puesto en marcha más de una veintena de medidas que responden a lo que aquel día esbozó. Su última decisión quizá haya sido la más sonada de todas: revocar el título de Duquesa de Palma de Mallorca que su padre concedió a su hermana la Infanta Doña Cristina.
Con unas palabras escrupulosamente escogidas para que no se pudieran interpretar como una crítica al reinado anterior, sino todo lo contrario, el nuevo Rey se comprometió a renovar la Monarquía y a devolver a la Corona la autoridad moral necesaria para ejercer su función.
Temores desvanecidos
Era el primer Rey que asumía la Corona en el marco de una Constitución que había sido refrendada por los españoles. El procedimiento del relevo, que empezó el 2 de junio, cuando Don Juan Carlos anunció su deseo de abdicación, se estaba desarrollando dentro de la normalidad institucional. Los temores a que algunos sectores aprovecharan ese momento para desestabilizar, pronto se desvanecieron.
La parte más complicada del proceso -conseguir que no se filtrara antes de la fecha elegida el deseo de abdicar de Don Juan Carlos- había salido bien. Don Felipe lo sabía desde hacía cuatro meses -fue la primera persona a la que se lo comunicó su padre-, pero solo compartió el secreto con su esposa, Doña Letizia, y sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, aquella misma mañana, en el vuelo de regreso a Madrid desde El Salvador, donde había asistido a la toma de posesión del nuevo presidente, se sintió en la obligación moral de compartir el secreto con alguien más.
El vuelo de la confidencia
En el viaje le acompañaba el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, y Don Felipe le invitó a tomar un café poco antes de tomar tierra en Torrejón de Ardoz. Le explicó que dentro de unas horas el Rey iba a anunciar su deseo de abdicar y que consideraba que debía decírselo después de haber pasado juntos el fin de semana. Gracia se quedó completamente sorprendido y dio la enhorabuena al futuro nuevo Rey. Fue en ese momento cuando entendió las enigmáticas palabras que el día anterior había dirigido el todavía Príncipe de Asturias al nuevo presidente de El Salvador, el exguerrillero Salvador Sánchez Cerén. Don Felipe se excusó por no poder quedarse al almuerzo ofrecido a los mandatarios extranjeros que asistieron a la toma de posesión -no podía arriesgarse a retrasar su regreso- y le dijo: «Tenemos que irnos, mañana entenderá por qué».
Desde entonces y hasta que todo el proceso culminó transcurrieron 17 días. Terminaba una fase, pero para Don Felipe empezaba la etapa más importante de su vida, y ese día, no sólo él sino también su esposa y sus dos hijas, Leonor y Sofía, debían dar lo mejor de sí mismos para que todo saliera perfecto. Les esperaba una larga jornada ante las cámaras de televisión, que empezó a las nueve y media de la mañana en Zarzuela, con la ceremonia del trasapaso del fajín de capitán general por parte de Don Juan Carlos a Don Felipe, y que terminaría a las tres de la tarde, en el Palacio Real, con una multitudinaria recepción a más de tres mil personas.
A las niñas se las liberó de esta última fase, la del saludo, después de permanecer cuatro horas apuntadas por las cámaras de televisión. Pasada la una de la tarde, después del saludo desde el balcón, las niñas se sintieron liberadas y empezaron a corretear alocadamente por los salones del Palacio, momento en el que su madre decidió que se las llevaran a casa.
El próximo viernes, los Reyes volverán al Palacio Real para celebrar allí el primer aniversario de su reinado. Don Felipe pronunciará unas palabras y se rodeará de aquellas personas que hayan destacado «en beneficio de la nación» y, por ese motivo, les condecorará con la Orden del Mérito Civil. Un encuentro en coherencia con la trayectoria de los nuevos Reyes. Ese sencillo acto y las imágenes inéditas (vídeo y fotos) que Zarzuela hizo públicas ayer constituyen toda la celebración del primer aniversario del Rey que ha modernizado la Monarquía.