Selfies hasta en las ceremonias oficiales
Los Reyes, acribillados por las peticiones de fotos
A cada Rey le toca lidiar con los problemas y las costumbres de su época, y Don Felipe y Doña Letizia se han convertido en los primeros Reyes de la historia acribillados por los selfies. Pertrechados de móviles y tabletas, son muchos los ciudadanos que se comportan delante de ellos como turistas que visitan un monumento, en lugar de aprovechar la oportunidad de hablar con los Reyes.
La Reina de Inglaterra, que también sufre esta nueva costumbre, ya lamentó hace unos meses lo «extraño» que le resultaba ver la parte trasera de estos artilugios cada vez que miraba al público.
A Don Felipe y Doña Letiza les piden fotos en la calle, cuando visitan algún pueblo o ciudad; o cuando les reconocen en alguna sala de cine. Pero lo llamativo es que la mayor parte de los actos oficiales también acaban convertidos en interminables sesiones de fotos, por muy solemne que sea el entorno.
Así ocurrió, por ejemplo, el pasado 27 de enero en el Senado. Tras el emotivo homenaje a las víctimas del Holocausto, el Rey se quedó conversando un buen rato con los asistentes a la ceremonia y algunos de ellos no tardaron en pedirle que se hiciera una foto. La misma escena volvió a repetirse el pasado lunes, en el Palacio de El Pardo, tras la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en Bellas Artes. En cuanto uno de los invitados rompe el hielo, el efecto es contagioso y, entre tantas peticiones de fotos, es imposible mantener una conversación con el Rey.
Además, la mayor parte de los actos que presiden los Reyes en La Zarzuela, en el Palacio Real o en El Pardo empiezan con el saludo personal de cada invitado. En ese momento, los fotógrafos profesionales suelen hacer fotos de estos saludos y quien quiera una copia la puede solicitar en Zarzuela, por lo que no es necesario sacrificar la oportunidad de conversar con los Reyes para pedirles otra foto.
El problema tiene difícil solución, ya que si los Reyes no accedieran a hacerse estas fotos podrían transmitir una imagen de alejamiento, cuando el objetivo de Don Felipe y Doña Letizia es todo lo contrario: acercar la Corona a la sociedad. Lo llamativo es que, en estos momentos, a parte de esa sociedad sólo le importe su selfie.
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