El principio de las cosas

La nostalgia me lleva a aquella primera vez que participé. Una comparsa llamada Los Samaritanos, en 1976. Con 16 años yo iba de guitarra. Sólo éramos dos guitarras, en aquel tiempo en que las comparsas eran de un máximo de 12 componentes.

Aquel fue el año en que se dedicaron cientos de coplas a Paco Alba, tras su reciente marcha. Y hubo hasta un premio a la mejor letra dedicada. Fueron las últimas Fiestas Típicas, en Mayo. Ya después, en el 77 y con algunos chavales del barrio, entre el Mentidero y Fragela, empecé a hacer cosillas con músicas y letras.

Con la ingenuidad de el que empieza y que creo que me ha durado. Desde entonces estuve enfrascado. De infantiles a juveniles, después a adultos, hasta hoy, con alguna parada o descanso. Tengo muy buenos y bonitos recuerdos, con aquel sabor de un Carnaval muy 'entre nosotros' que, supongo, se fue evaporando con los años y la mirada hacia afuera.

Y como, salvo intervenciones chirigoteras, siempre estuve en comparsas, yo era comparsista. Así me clasificaban, como con un carnet. Hoy soy corista. He roto la documentación. Y estoy con gente extraordinaria. Es algo muy distinto. Otra forma de verlo todo, aunque consista en los mismo.

Una organización y un reparto de misiones un tanto más allá. Aunque algunos me conozcan por credenciales yo me siento el nuevo, como si empezara otra vez. Y me da la sensación de recuperar un poco aquel 'entre nosotros' que se me esfumó.

Recuerdo la letra de una presentación que hice y que decía No hay en la vida historia más hermosa que el principio de las cosas, cuando toman su color. Y ahora es otro empezar. Eso sí, con el gran respeto a los que saben más que yo de coros y llevan tantos años haciéndolos y cantando en ellos.

Aunque, a fin de cuentas, da igual donde se haga y se cante. Si eres del Carnaval el sitio es lo de menos. Agradezco mucho a mis compañer@s y amig@s de hoy su acogida y trato que me dan. A ver si entre todos consiguen borrarme la cara de novato que tengo. Salud y mucha suerte