COAC 2025
Miguel Ángel García Argüez 'Chapa': «Esta no es una comparsa de autor, es una obra colectiva»
El letrista, que estrena este lunes 'La tribu', la agrupación que lidera Javi Bohórquez con música de Raúl Cabrera, aprovecha para analizar muchas de las bondades y de los males de este Concurso del Falla
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Una conversación con Miguel Ángel García Argüez requiere interés, intención, cierto bagaje y sobre todo requiere tiempo. Porque el diálogo, ya sea en un marco universitario o en un bar con una tostada de por medio, pronto empieza a ramificarse y a alejarse de la senda marcada. Bueno, más que un árbol que se descuelga en varias ramas, o un camino que se bifurca cada cierto tiempo, la charla es como un viaje en autobús por una provincia, digamos, de la España vaciada.
Cada poco hay una parada. Un hueco para frenar y centrarse en un aspecto; y vuelve a arrancar el conductor. Y otra parada en el siguiente apeadero, que aquí ha nacido otra interesante cuestión que merece un receso. Seguimos, pero con calma, sin apretar el acelerador que la carretera cuenta con algunos baches y no se puede derramar el café. Nos detenemos aquí para hablar de la historia de la comparsa; un 'cigarrito' para analizar a los compañeros y rivales, los devaneos del Concurso, las incongruencias de todos los que componen este universo... y al final llegamos. ¿A dónde? Pues precisamente eso es lo que menos importante, porque lo agradable ha sido el rato que echamos en el camino.
-'La tribu'. Probablemente su nombre ya evoque una posible idea. ¿Qué se puede contar de la comparsa a horas de su estreno en el Falla?
-Es una comparsa que mantiene la senda de Los Colgaos, de desarrollar un repertorio narrativo en el que ocurren cosas, que detrás hay una historia, que no solamente es un concepto. Sigue en esa línea de alegre comparsa, amable, llena de carnaval, y con un repertorio con fundamento.
-Se aleja de ese primer tipo algo oscuro, el de 'Los renacidos', pero es que entonces las circunstancias mandaban.
-La más oscura quizás haya sido la de Los esclavos, que es posiblemente la que más me gusta. Hablamos de letra, que de música e interpretación son todas obras maestras pues soy fan de Raúl (Cabrera) y del grupo. También es que estamos buscando el estilo y estamos descubriendo caminos, nestra propia una manera de hacer las cosas. Y no partimos de una idea cerrada, sino que vamos construyendo a la manera colectiva que tiene esta gente de trabajar, que a mí me gusta mucho.
-No es una comparsa de autor.
-Nada. Es una comparsa colectiva. Aquí mi trabajo es escribir el libreto. Es como una ópera. Raúl hace la música, el equipo directivo (Raúl, Sehito, Javi) coordina todo, Kanika le da soporte económico y fiscal a todo. Es como una compañía de teatro.
-¿Por dónde irá la música este año?
-En las piezas fijas, Raúl Cabrera le tiene el pulso perfectamente cogido. En pasodoble está experimentando. Descubriendo y creciendo como autor de música de Carnaval que es una disciplina muy particular. Tiene garra y es muy gaditano.
-Esa garra, ese pellizco, o la falta de, es precisamente la principal crítica de un sector a la comparsa.
-El grupo tiene una personalidad tan fuerte que matiza cualquier cosa. Es su apuesta. Desde que nace la comparsa hay dos líneas claras de cómo se canta: la del origen de Paco Alba, que desarrolla Enrique Villegas como nadie, y luego retoma Bustelo, Tino Tovar en sus primeras agrupaciones... y luego la martinista que tiene su origen en la comparsa de El Puerto y donde tienen predominancia las voces agudas. En la época cristalitos se desmadró, y se regresó a la senda con Los millonarios.
'No perder el timbre, señores'. Esta es la frase que más se escucha en los ensayos. Defienden a muerte este estilo. ¿No tiene pellizco? Eso depende de lo que a ti te dé el pellizco. Es cuestión de sensibilidad, de gusto y educación.
-Esto entronca con esas declaraciones que levantaron polvareda, en la que se refería a los trucos que se pueden utilizar para despertar la reacción favorable del público. Que con un 'quejío' revientes el teatro sin decir nada en realidad.
-Claro. En las artes populares, y el Carnaval es un arte popular, se tira más de lo emocional que de los discursivo. A poco que tengas talento y experiencia para saber pulsar los trucos, te los llevas de calle. Hay que usarlos. Yo los uso. Sólo saber qué línea roja te pones. Hay que encontrar el equilibrio, que cada vez es más inestable en el Concurso.
Hay que mantener la coherencia, utilidad y calidad literaria en las letras, a la vez que emocionar. Para mí es complicado y cada vez más.
-¿Es un desequilibrio en el Carnaval o en la sociedad en general?
-Yo es que conozco mejor el Concurso que la sociedad, jajaja. Sí, puede ser producto de la sociedad. En el Concurso puedo competir al máximo nivel, tengo esa suerte, en la sociedad no.
-Dos cambios en el grupo.
-Sí. Salieron Victor Jurado, por una cuestión personal de no poder dedicarle tanto tiempo a esto, y luego José Helmo, que se marchño cuando anunció Bienvenido su vuelta. Es una pena, pero Joselito es muy de Jesús, estaba con nosotros como 'cedido', jejeje. Son dos cracks y entran dos cracks: Carlitos Peña de segunda y Aceituna que le ha dado un puntito flamenco.
-¿Qué es lo mejor y lo peor de escribir a esta comparsa?
-Uf, buena pregunta. Lo mejor es trabajar con ellos porque cada uno en lo suyo son muy buenos. Raúl Cabrera, no he conocido un talento musical y una entrega como la suya. Con Javi y con el grupo, son gente con mucha experiencia y sabe mucho, ver a Sehito afinando es un regalo...
Lo peor es la presión de la alta competición. Porque tienen que cumplir la expectativa y aparte, si es posible, ganar. Está todo el año cantando y tiene esa dimensión. Y eso genera presión y acorta libertad creativa, puedes arriesgar menos. En la duda se tiende más al descarte. Es normal.
-El ser tan competitivo, ¿tiene más un componente de superación, de ego, económico...?
-De todo un poco, imagino. Yo incluyo pasión y amor por lo que hacen. Esta gente ama el Carnaval. En la parte económica me parece que está sobrevalorada porque si las cosas te van bien puedes coger un buen dinerito, pero no vivir de esto. Si yo tuviera que hacerlo por dinero, a mí no me trae a cuenta.
-¿Qué supone para usted la ausencia de Martínez Ares?
-Como competidor me da mucho coraje, porque uno quiere medirse con el grande, con el peso pesado, con Antonio. Así que chungo. Quien te diga 'ahora ya puedes ganar', no tiene ni idea de qué va esto. Nosotros no nos sentimos más cerca del uno. Encima, si ganáramos por casualidad, nos diría: 'Claro, así es más fácil'. Es una pena que haya sido por un tema de salud, encima, y como aficionado vamos a perder una comparsa grande. Lo positivo es que hay hueco para poner el foco en agrupaciones que están chupando rueda, un poco lo que le ocurrió a él. Y ahora encima que va a salir Jesús (Bienvenido)...
-Esa es la siguiente pregunta. ¿Y qué supone la vuelta de Bienvenido?
-Estupendo. Hace bien que esa línea de comparsa esté presente. Y el hecho de que salga y no salga le hace bien a su propuesta. Si estuviera todos los años, quizás no brillaría tanto como brilla. Le viene bien dosificar. Pero no me da más miedo Jesús que Carapapa, o que Jona, Piru, Germán o Cornejo, que en cualquier momento dan con la idea y dan el salto definitivo.
-¿Es más difícil ahora que nunca transgredir en el Carnaval?
-En el Falla. En la calle es más fácil y se pide. En el Concurso no, sorpréndeme con pero con la boca pequeña. Y en letra mucho más.
Tú escuchas como suena una comparsa en los 80 y hoy en día sería imposible traerlo. Sonaban con una bayeta en la caja. De la guitarra no vamos a hablar, de los punteaos, que ni existían. Armónicamente la diferencia es sideral. Los tipos y la escenografía... El maquillaje es de cine. Todo se ha sofisticado técnicamente, que de hecho está bien, enriquece el Carnaval como disciplina artística. Todo ha evolucionado. Se puede colar un grupo a bombo y caja, pero eso no va a competir.
Pero en letra seguimos escribiendo igual que en los 80. Hablo de la media, no de Juan Carlos (Aragón), que son excepciones. Coges el pasodoble de Pedro Romero de la viejecita que al final es Cádiz y te da el mismo resultado. Rimas asonantes y pobres, mucho verso suelto, los acentos descuidados, los planteamientos y estructuras mal hechas... técnicamente seguimos escribiendo con las mismas carencias.
Alguien te puede decir: 'es que el Carnaval es un arte popular y así ha sido siempre' pero, ¿y por qué si ha evolucionado tanto en todo lo demás y en esto no se exige? El primer gran empujón fue el de Paquito Villegas, porque literariamente el Carnaval da mucho más que sí, y posteriormente llegó Juan Carlos, que tardó mucho en ser aceptado.
-¿Y por qué no se ha evolucionado?
-Porque a nadie se le ha exigido, ni por parte del jurado ni del público. Y si los autores hacen una letra capaz de emocionarte sin importar la calidad técnica... ¿para qué vas a cambiar?
-Tercer premio con 'Los renacidos'; segundo con 'Los esclavos' y 'Los colgaos'. ¿Qué le ha faltado o le falta para ser primero?
-Que los dados saquen los tres seis, porque esto tiene mucho de juego de azar. Tienes que llevar una buena agrupación, pero hay factores como el día del sorteo, la hora, etc, que influyen bastante. Luego también los gustos del jurado, que normalmente no hay consenso. Y a veces eso genera el resultado absolutamente aleatorio.
-Una de sus principales peticiones, cada vez que tome la palabra, es que el jurado tenga un mayor rigor, que esté capacitado.
-Yo al jurado solamente le pido tres cosas:
Primero, que ame esto, que no se apunte a 'vivir la experiencia', que esto no es Isla Mágica. Se presupone que sin ser un erudito si lo quiere sabrá de Carnaval.
Lo segundo, que sea honesto, que no se deje llevar porque uno le cae mal o su amigo sale en tal agrupación.
Y tercero, que sea discreto. Cumpliendo estos requisitos, me da igual que sea más conservador o más moderno.
Por cierto, con el tema de la paridad, algún día se abrirá el melón de qué pasaría si se incluyen en el jurado intregrantes de fuera de Cádiz. Que vienen muchas agrupaciones foráneas y sería una reivindicación justa. Y no hablemos ya de la paridad ideológica.
-¿Y algún cambio para el Concurso?
-El reglamento lo veo bien. El Concurso es largo, efectivamente es el único problema, pero aquí nada más que hay dos opciones. La primera, que es la que yo por supuesto no estoy de acuerdo, es hacer una criba, pero eso va en contra de la historia. Hemos sacralizado esto y la gente quiere ir al Falla. Es una pequeña meca.
Nada más que hay dos formas: o el concurso se alarga o el concurso se ensancha. Personalmente, creo que a la competición le viene mejor las sesiones largas.
-¿Le da rabia que la comparsa eclipse al coro, del que también es autor?
-Los coros están eclipsados de por sí. A ver, si es autoconsumo, los coristas van a muerte. Eso es gloria bendita. Pero el público pasa totalmente. Mira las reproducciones de una comparsa de cuartos y del primer premio de coros. Es objetivo. Y en los cortes de fase nadie echa de menos a uno u otro coro, sólo hay polémica en chirigota y comparsa. Los coros es una burbuja para nosotros, pero para el resto es el hilo musical de su bocadillo. ¿Y de quién es la culpa?
-Eso, ¿de quién es la culpa?
-Yo no voy a culpar al público. Tengo mi teoría, pero también soy un recién llegado. No sé si será válida. Pero es cierto que la palabra es muy importante en la competición.
-¿Si tuviera que elegir su comparsa perfecta con sus propias agrupaciones?
-Es que yo soy letrista. Luego, he tenido la música de Noly, Aranda, Cheza, y ahora Raúl... no sabría decirte.
-Es puntual en su cita con su chirigota en la calle, ¿ha pensado en llevar alguna al Falla?
-No, no. Además, no tengo clara la modalidad. me gustan cosas puntuales. Quitando a Selu, que es aparte, luego está la chirigota. Y no termino de verlo.