CARNAVAL DE CÁDIZ

Fin de las preliminares

Para la prensa y el aficionado que sigue el evento desde casa, las últimas funciones suelen recibirse con apatía

Manuel Muñoz

Hoy, jueves 13 de febrero, concluyen las funciones de las preliminares. Afortunadamente, tras 22 intensas sesiones, llegamos a su fin.

Con frecuencia se discute la suerte de actuar en las primeras o últimas sesiones. Los primeros tienen la ventaja de no competir con temáticas ya abordadas y, al «soltar» su repertorio temprano, se alivian de los nervios y descansan antes. Además, el público está ansioso por escuchar Carnaval, por lo que las primeras sesiones despiertan un mayor interés para el aficionado casero. Por el contrario, los últimos en actuar están cada vez más nerviosos, pero si repiten en cuartos, su espera por actuar será menor.

Por otro lado, el cansancio acumulado empieza a notarse. Para la prensa y el aficionado que sigue el evento desde casa, las últimas funciones suelen recibirse con apatía, con la esperanza de que esta fase termine pronto para dar paso a la siguiente.

El sistema de jurado también plantea serias dudas. Aunque se intente ser imparcial, clasificar a las agrupaciones de manera justa resulta casi imposible debido a la distancia temporal entre las actuaciones. A pesar de la profesionalidad que se pueda tener, la dispersión en el tiempo hace que el resultado final no sea siempre el más justo. Comprendo lo complejo de la tarea del jurado, pero si no se facilita el proceso, el escrutinio final perderá aún más precisión.

Otro asunto preocupante es ver el Teatro vacío. Llevamos años viendo cómo el público acude solo y exclusivamente para ver a las agrupaciones cabeza de serie o a aquellas en las que conocen a algún familiar, amigo, cuñado o cualquier otro con quien tengan un vínculo personal.

Y, por último, el aspecto fundamental: la calidad. En los últimos días, nos hemos visto sobrepasados por la lamentable aparición en los medios de una chirigota cuyo comportamiento fue bochornoso. La persona que lideraba el grupo logró su objetivo, que no era otro que captar la atención del público para denunciar que no los dejaron interpretar por razones ideológicas, cuando la verdadera razón es que presentó un auténtico 'mamarracho': sin afinación, sin ritmo, sin vocalización, sin tipo, etc. Pero no debemos olvidar que, pocos días antes, se presentó un cuarteto de Ciudad Real que había visto menos Carnaval que cualquier habitante de Kuala Lumpur. El Carnaval de Cádiz lleva muchos años labrando su reputación y llevamos muchos años con este sistema de preliminares, pero ahora se enfrenta a los efectos de las redes sociales y la inmediatez digital, que dan foco a cualquier agrupación que quiera presentarse.

Recientemente, se ha abierto el debate sobre la posibilidad de hacer una «criba» o incluso de bajar el telón. Si no se toman medidas urgentes, el Carnaval irá perdiendo calidad. La percepción de muchos fuera de Cádiz es que cualquier agrupación que vean por televisión representa el Carnaval, y, en general, tienden a etiquetarlo como vulgar o grosero. El Carnaval tiene una riqueza inmensa, y no podemos permitir que se llegue a este punto.

Espero que las lecciones de este año sirvan como advertencia. Es crucial cuidar el Carnaval y para ello, es imprescindible actuar ya.

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