Notas que denotan

Hablaba esta mañana con algunos autores de que la desconfianza en el concurso y sus parámetros, además de la creciente tendencia de puntuar a la baja en este año

Reyes Calvillo

El año que hice selectividad, el latín puntuaba solo un 0,1 para entrar en periodismo. Si hubiera decidido hacer traducción, mi nota habría sido un 13,23, casi rozando los 14 puntos máximos posibles, y no un 11,5 como se evaluó en mi carrera. Con mi calificación original podría haber entrado en psicología o criminología, que poco o nada tenían que ver con el bachillerato que había estudiado. Lo cierto es que no me parecería descabellado que alguien elija una carrera cuya rama no se asocie a la que cursó en el instituto, sería únicamente su responsabilidad formarse en dicha materia y no frustaríamos el futuro de tantos jóvenes. Quizás, lo que me parece más absurdo de esto es que sigamos midiendo por unos parámetros obsoletos y numéricos la valía de alguien y su futuro. Debe ser bastante desolador encontrar que quien ha hecho un “cambiazo” o se ha agarrado a triquiñuelas para pasar un examen, obtiene una graduación más alta que la tuya.

Hablaba esta mañana con algunos autores de que la desconfianza en el concurso y sus parámetros, además de la creciente tendencia de puntuar a la baja en este año (no sé, las calificaciones se habrán desplomado por el calor) perjudican a las agrupaciones de una forma que, quizás, no era la más apropiada este año. Se puede pasar o no pasar, se puede estar conforme o triste con el puesto, coincidir o disentir de una final, pero se ha dado una verdadera ridiculización de algunos grupos y autores ofreciéndoles una calificación que dista mucho de la calidad ofrecida por gran parte de ellos.

Quizás el foco no esté en quién entra o no este viernes, quizás el foco esté en cómo valoramos el trabajo de quienes se quedan en el corte.

Toca ahora disfrutar de las agrupaciones que han llegado hasta este día. De la primera final con mujeres en todas las categorías, en pleno 2022, y de la garra de fuerza de muchas voces que viven por primera vez una final. Ojalá su trabajo no se venga abajo, como el de muchos estudiantes, por un simple número.

Las gomitas y las valerianas, ya están compradas

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios