Carnaval climático
Ya sé que prefieres la fruta de temporada y que este Carnaval te sabe más a gazpacho que a otra cosa pero, llegado el momento, no podrás evitar tener papelillos en el estómago
A ti, carnavalera y, sobre todo callejera, que este año has marcado dos fechas en el almanaque. Que cuando ha llegado el calor y has planteado el cambio de armario, no has guardado las pelucas, ni el bolso alicatado con las chapas de tus agrupaciones favoritas, sino que lo has arrojado todo al limbo del ropero, a ese espacio atemporal que hay en todas las casas. A ti que una copla en agosto te causa la misma extrañeza que un villancico en la playa, que te gusta la fruta de temporada y las ciudades en invierno. A ti que te acuestas un domingo vestida de jartible y te despiertas el lunes igual que si todo hubiera sido un sueño. Estoy convencida de que febrero es el mes que reservas para adentrarte en la oscuridad de las coplas, abrigada entre el bullicio, exploradora de callejones sin salida, asomándote a la trinchera para adivinar si al otro lado están cantando las Cadiwoman o el Showmancero y su esto no ha hecho más que empezar. Y es que el Carnaval tiene sus complicidades, a fuerza de acumular repertorios y horas de pie en una esquina. Estoy segura de que febrero es para ti ese mes en el que Cádiz se despeina y transgrede la norma, en un ejercicio de exceso permitido, que diría Freud. Es tiempo de barras de bar, de reconocer a tu dentista a pesar de su tipo de agujero negro, como tu boca abierta en el sillón hidráulico, o de pintarte coloretes en la cara. Y es que, para ti, el Carnaval también va de crear vínculos en forma de estribillos que, con certeza, habremos vociferado a dúo alguna vez en la cola de un baño.
Por eso, cuando te preguntan qué es Cádiz en Carnaval, te asalta la inocencia perdida. Te notas desconcertada, como Gurb, que no sabe qué autores saldrán este año, que se asombra de que una comparsa femenina cause sensación a estas alturas, porque las agrupaciones masculinas siguen llevando la voz cantante, que no espera el veredicto final ni echa de menos la luz de alguien en un palco del Falla que ahora lleva su nombre.
Ya sé que prefieres la fruta de temporada y que este Carnaval te sabe más a gazpacho que a otra cosa pero, llegado el momento, no podrás evitar tener papelillos en el estómago. Te lo dice una que es tan carnavalera y callejera como tú.
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