Opinión

Mi Barrio Santa María

Lleno de gente sencilla, como es mi barrio. Hicieron y siguen haciendo historia en Carnaval

Martínez Ares y Pepe Prats. L. V.

Roberto Gómez

Mi Barrio Santa María. El barrio más castizo, el de los niños desnudos, el de las palmas al compás, el de las ollas de arroz reposando en los balcones, el del 'age'...

Mi Barrio humilde pero con mucha clase, aunque no tenga la reputación de ser el barrio carnavalesco por excelencia y lo tenga nuestro barrio hermano, el de los caleteros. Aquí lo llevamos con cariño, respeto y admiración.

‌Desde hace mucho, los barrieros le dan mucho sabor a nuestra fiesta de la mano de carnavalescos cómo Manuel Moreno, Pepito Martínez, Juan Catalino, Quique Mayones, Luis Saltaje, Memi Couso, Pepe Prats, Geni y Nene Cheza, Alejandro Espina, Manolete Castellón, Fito Couso, Marco Romero, Juan Antonio Canet, Ricardi Suárez, Chano el bombista...Destacando a Pepe Juan y su gran legión de buenos componentes que han pasado por su noble cantera. Por no hablar del sabor que el sabio de las baquetas le otorgaba a las mejores comparsas de tres décadas doradas. La maestría de "Pepe el Caja", el cochero del Barrio Santa María. director del sabor.

‌‌Y son infinidad de carnavalescos que no se nombran en este artículo y, siendo de este castizo barrio, hicieron ese puchero que hoy nos comemos 'tos'.

No podía terminar sin acordarme de dos gigantes del Carnaval de Cádiz. Don Pedro Romero, el poeta del barrio. La pluma afilada en tiempos de sumisión. Y el alma más valiente de nuestra fiesta. Antonio Martínez Ares, el niño de Santa María. El que lleva marcando el nivel de las comparsas gaditanas durante más de treinta años. Qué vamos a decir de ellos...!

Gente sencilla, como es mi barrio. Hicieron y siguen haciendo historia en carnaval y con la bandera de un trozo de Cádiz que tiene arte por los cuatro costados.

Sin complejos y con la virtud de pisar las tablas sin tirar al vecino viñero, ni un curioso grado de envidia y con una constante obsesión en la que solo sale perdiendo el acomplejado.

Para brillar no hay que apagar a nadie.

¡Viva la Viña! ¡Viva Santa María!

¡VIVA CÁDIZ!

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